lunes, 23 de julio de 2012

Lo que nos cuesta Javier Chamorro Rodríguez

Dice UPL de Zamora en un comunicado que deben reducirse las retribuciones de los concejales hasta un 50% del ayuntamiento capitalino. Lo cual está muy bien, y hasta sería deseable que fuera extensible a todos y cada unos de los ayuntamientos donde las percepciones de alcaldes y concejales estuvieran ostentosamente hinfladas.

Porque los cargos políticos nos cuestan a todos y cada uno de los contribuyentes muchísimo dinero. Sean del partido que sean, incluyendo los leonesistas. La cuestión a veces no es cuánto reciben sino qué rendimiento están dando a ese salario. Y aquí, amigos lectores, hay quien debe rendir y muchísimas cuentas.

El primero de todos, es evidentemente, Javier Chamorro Rodríguez. Las razones son muchas: es el actual "líder" (el entrocomillado no necesita explicaciones) del leonesismo político, es el secretario general de la Unión del Pueblo Leonés, portavoz municipal en el ayuntamiento de León por dicho partido, y es en definitiva la cabeza visible del leonesismo. Todo este arduo trabajo evidentemente tiene que tener una remuneración económica, porque si algo hemos estado aprendiendo de la práctica totalidad de políticos leonesistas que han desfilado por nuestras narices es que la ideología no es gratis.

¿Quereis saber cuánto nos cuesta mantener a Chamorro en su puesto? Aquí quedan las cifras de lo que este señor se embolsa por ser quien es:
  • como concejal con DEDICACIÓN PARCIAL, a petición del propio interesado en asamblea extraordinaria de diciembre de 2010, y dada la desaparición de su inestimable compi Gema Cabezas, cobra la tontería de 22.100 euros al año.
  • como miembro del Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda 240 euros por sesión y reunión.
  • como miembro del Consejo de la Manocmunidad de Residuos Urbanos de León 190 euros por sesión.
  • como miebro del ILDEFE 240 euros por sesión.
  • como miembro de la asamblea de Caja España (recordemos que oficialmente sigue siendo una caja de ahorros sin fusión real) cobra 350 euros.
Curiosamente el sr. Chamorro ocupa TODOS los cargos posibles que UPL puede tener por representación municipal a través del Ayuntamiento de León. No hay ni uno que ocupe su compañero Eduardo López Sendino, cosa que sería de entender teniendo en cuenta el reparto de poderes ¿Y sabéis cómo lo logró? pues acudiendo a un pleno extraordinario en diciembre de 2010 para primero proclamarse protavoz de grupo y segundo asumir todo lo que ello implica. Si es poco, dicho reparto de dinero es todavía mayor si tenemos en cuenta estas otras cifras:
  • asistencias a las sesiones del Pleno, 204,07 euros, salvo portavoces de los Grupos Políticos, que perciben 339,14 euros. Javier Chamorro es el portavoz municipal de UPL.
  • asistencia a las sesiones de la Junta de Gobierno Local, 169,57 euros. Aquí normalmente acude Chamorro, no siempre.
  • asistencia a las reuniones de las Comisiones Informativas, 136,05 euros.
  • asistencia a la Junta de Portavoces, 204,07 euros.
En resumen: Javier Chamorro Rodríguez, si se celebrase una comisión y reunión al mes de todos los órganos de los que es miembro, cobraría en dicho mes incluyendo su salario más de 3.300 euros. Esto también sin contar que es miembro vocal del Patronato Fundación Leer León o del Palacio de Congresos, organismos ambos por las que no se recibe remuneración por reunión. 

Y si usted, querido lector, cree que con tal trabajo, no habría tiempo para dedicarse a su profesión de procurador, se equivoca por completo. Dichas dietas no son incompatibles con salario profesional alguno, y teniendo en cuenta que el actual alcalde popular de la ciudad, Emilio Gutiérrez, ha ordenado que las asambleas y reuniones de comisiones sean por las tardes para justificar desplazamientos y dietas, no hace falta ser un lince para darse cuenta lo chollazo que es ser concejal de UPL, incluso siendo el único concejal que hubiera. La gran pregunta es ¿cuánto percibía por ser el presidente de la anulada Fundación Real, cuyas cuentas son secretas?

Los escasos bien pensantes en esto del leonesismo creerán que igual merece la pena tal estipendio en pro del leonesismo. Pues juzguen también el balance hasta la fecha de su señoría en estos puntos:

PUNTO 1. Desde su toma del poder en UPL tras la marcha de De Francisco, la formación leonesista no ha conocido un solo instante de democracia interna ni de respeto por las más mínimas normas de regulación del partido. Ese hecho se reafirma en cosas tan básicas como la celebración de un comité local de León en que los convocados no se sabía bajo qué criterios lo fueron, y donde absolutamente todos los cargos representativos y de peso de la formación son designados a dedo por el ínclito, cosa que Chamorro ha criticado de cara a la galería cientos de veces en referencia a sus antecesores. Que unos militantes sean expulsados del partido por pedir cumplir los estatutos deja claro que ni en los peores tiempos del pelines hubo menor libertad y democracia que ahora.

PUNTO 2. La hipocresía y el cinismo del que hace gala no tiene precio ni conoce límites. Juzga y condena él mismo a sus propios compañeros acusándoles de delitos inexistentes o nunca probados (caso de Abel Pardo), de salirse de las directrices del partido cuando en su momento no era así (caso de Rubinat, Otero y Castresana), o amenazar con expulsar a afiliados que simplemente pedían cumplir los estatutos (casos de Epigmenio Fernández o Fernando Martínez) y todo ello mientras insulta y se mofa de compañeros de partido en asamableas, ejecutivas (caso de Carlos García, ex concejal en Mansilla de las Mulas) o hasta en los propios congresos ordinarios como en el de abril de 2010 usando en su discurso menosprecios a varios militantes. Por contra, no ha tenido ninguna clase de reparo en apoyar públicamente con toda clase de gestos y hasta de celebrar un homenaje por todo lo alto a un encausado y condenado por violencia de género como es Melchor Moreno Torre, personaje que ahora se dedica a buscar juicios y procesamientos jurídicos a otras personas también afiliadas al partido. Lejos quizás quedan esos días donde Chamorro y Cabezas acudían como borreguines en el rebaño a las concentraciones contra la violencia de género que celebraban los socialistas en la plaza de Botines.

PUNTO 3. El partido se ha convertido en una oligarquía total, un monopolio en su persona delegado a veces en su súdbito manutendido como es Miguel Ángel Lozano González, que cobra más de 1.000 euros al mes por no hacer nada en diputación, y que decide absolutamente todo. Lozano, fontanero político, pervive únicamente con este sueldo. No importa, en esta vida hay gente que carece de escrúpulos y visión de futuro incluso en lo personal. Ni el presidente Pedro Gallego pinta nada, cargo títere donde los haya. El que es superlisto es el vicesecretario general Lázaro García Bayón que hábilmente intenta restirarse por la puerta chica sin ruido ni escándalos ¿Hay muchas cosas que esconder y callar sr. Bayón? igual algún día se airean todas. Ni democracia interna, ni participación ni gaitas que soplar, solo una dictadura unipersonal. Se pueden usar muchas palabras y subterfugios pero la cruda realidad es esa.

PUNTO 4. Chamorro desde su puesto como concejal en el ayuntamiento leonés no ha hecho una sola propuesta en todos los años que ocupa un cargo municipal digna de mención. Su fundación León Real ocultó cifras y gastos en actividades cuya trascendencia social fue nula. Su actividad como concejal de cultura leonesa fue comenzar a destrozar lo que Pardo iniciara, culminando su destrucción el actual concejal popular Juan Pablo García Valadés. Como concejal de educación, la enseñanza del leonés y cultura leones en los colegios públicos no solo no pervivió sino que conoció el retroceso hasta la casi desaparición, cosa última de la que se encargó su sucesor popular. En cuanto a la pura gestión, su paso por el área de jardines no pudo ser más catastrófica, quienes residen en la ciudad saben de lo que se dice, y eso que era un área privatizada y solo había que supervisar.

PUNTO 5. Javier Chamorro con su equipo de seguidores ha provocado la mayor caída en votos del partido desde su fundación. Ni siquiera quedan militantes activos, apenas una centena que pagan por comodidad, conveniencia o interés. De proseguir la línea descendente, UPL se quedaría con un concejal en León y nada más. A pesar de ello, y viendo las retribuciones recibidas por tocarse la panza con el leonesismo ¿quién quiere dejar el partido? todavía resuenan las palabras que dijo en septiembre de 2011: "hace falta cambiar caras, y llegado el momento yo no lideraré UPL". La nula implicación en los problemas leoneses del conjunto, sean zamoranos, salmantinos o leoneses, hace que cualquier acto que hagan o palabra que digan caiga en un saco roto mediático. Vean la implicación que UPL tiene con el problema de la minería, hecho del que pudieron sacar un buen rendimiento:

PUNTO 6. UPL no es leonesista. No, no lo es y pueden gastarse el dinero que quieran en dar de comer a los mineros, comprar miles de banderas de la provincia de León (porque no son las banderas del País Leonés, ojito con esto) y decir lo que quiera en nombre del ilustre pueblo leonés para autoengañarse y creer que nos engañan. El leonesista ya no vive de banderas ni de símbolos sino de hechos, y los hechos consumados es que UPL es a efectos prácticos una mini UPyD o una micro CDS que quiere aglutinar el voto del que no está contento con PP ni con PSOE, usando el pragmatismo acomodadizo del momento. El leonesismo no es un discurso fácil, sino el camino para la sociedad leonesa.


Este blog va a tomarse una temporada de vacaciones, cosa que alegrará profundamente a muchos. Volverá, si cierto intento de demanda judicial por medio lo permite. La conciencia de este blog está más que limpia, las acusaciones aquí vertidas se refrendan con pruebas, y más de 100.000 visitas confirman que el leonesismo importa y mucho.
 

¡A disfrutar del verano!

jueves, 5 de julio de 2012

Por qué fracasa el leonesismo político

Se palpa una sensación cada vez más extendida de que el futuro del leonesismo político es gris oscuro tirando a negro. La última gran convención de ese leonesismo político nos dio como patética imagen a un deterioradísimo Carreño, un Chamorro que quiere hacer un "otero" (explotar el cargo hasta el final sin hacer nada y luego resucitar en un puesto a dedo), y unos representantes del PAL-UL que si se empezara a contar vida y milagros no acabaríamos. Se esgrimen muchas razones de ese fracaso, casi tantas como cabezas haya. Desde aquí un aporte.

1. Carencia de trayectoria.
Podemos decir lo que se quiera, autoengañarnos bajo mil argumentos, incluso intentar reescribir la historia para plasmarla en unos estatutos como los de UPL y justificar una dilatada trayectoria del leonesismo. Pero la realidad es que el leonesismo nace en 1976, cuando se empiezan a dibujar los mapas autonómicos y en ninguno aparecía la autonomía leonesa. Porque así ha funcionado el pueblo leonés, siempre bajo la reacción de un tercero, nunca por mor propio. El sentimiento de leonesidad se ha cimentado hasta ahora en una inquina total hacia lo castellano, mientras que los elementos que más podrían distinguirnos de serlo son sistemáticamente o negados o arrinconados bajo los mismos calificativos de quienes precisamente nos niegan la identidad (radicalismo, independentismo, nacionalismo...). En apariencia, exteriormente, nada nos distingue de los castellanos, gallegos o asturianos salvo un reino histórico, convirtiéndose ello en el discurso central para los primeros leonesistas. Su calado social ha sido y es el que es ¿cómo convencer así a otros? mientras el resto de identidades y pueblos de España ahondan y fomentan sus tradiciones y herencias culturales incluyendo las lenguas propias cuando así existan ¿cuántos de esos sesudos leonesistas renegaron y reniegan con gran odio e inquina de la lengua leonesa? ¿cuántos saben tan siquiera la relevancia del sistema de concejos y su aplicación práctica actual?

2. Carencia de ideología.
Esto casa con lo anterior. No hay trayectoria porque no hay ideología, y no hay ideología porque no hay trayectoria. Un pez que se muerde la cola hasta autofagocitarse. Los leoneses hemos vivido siempre con un eterno sentimiento de inferioridad y de que todas, absolutamente todas nuestras acciones deben estar encaminadas a un bien común superior de otros, léase o España o Castilla o el universo entero, pidiendo hasta perdón y con la voz baja el más nimio gesto o concesión. Así nos educan desde el nacimiento y así nos comportamos, por ello no es de extrañar que ese leonesismo imperante no dude en toda clase de palabras para mostrar su rechazo y odio a lo castellano pero no evite loas y amores hacia lo español. Porque en el fondo tienen pánico al concepto de radicalidad o de ese calificativo de nacionalista que tanto gustan de usar los enemigos de lo leonés. El primero en citar la lengua leonesa fue un gallego como Menéndez Pidal. Uno de los mejores libros sobre el hecho diferencial leonés fue un castellano como Anselmo Carretero. Un madrileño como Caro Baroja fue quien definiera una cultura del noroeste leonesa. En lo político... ¿se podría citar a alguien? No es extraño por tanto que el leonesismo navegue en un discurso ideológicamente ambiguo, lleno de tantas lagunas que más parece un pantanal que una tierra donde sembrar algo. Se habla, se habla mucho, demasiado, y no se avanza. Del punto 1 y 2 surge un tercero todavía más grave.

3. Carencia de objetivos.
Todo el mundo cree que la autonomía es el objetivo del leonesismo. Pero las autonomías son un invento moderno y en cualquier caso un marco jurídico variable en el tiempo. A pesar de ello ha sido y es el discurso central político. A la hora de la verdad no ha habido un solo partido leonesista que teniendo la oportunidad haya dado un solo paso en su logro. Si desaparecieran las autonomías ¿tendría sentido el leonesismo? ¿habría "agravio comparativo"? bajo el punto de vista imperante no, estaríamos gobernados por Madrid, seguiríamos como estuvimos por siglos y todos contentos. Empiezan a surgir muchas voces que ante la crisis presente creen que lo mejor es que desaparezcan las comunidades y que seamos de nuevo gestionados desde Madrid. Recordemos que esa gestión desde Madrid se lleva haciendo durante siglos con el resultado de no conocer ni una sola época de prosperidad en ni un solo lugar del solar leonés y con casi total aniquilación de nuestra identidad ¿hay algo diferente ahora que apunte en otra dirección? Anselmo Carretero ya advierte en su libro que el pensamiento de que debe anteponerse un bien común español a lo local o regional, es errónea y nociva para el desarrollo de la identidad leonesa. Y Carretero desde luego que era bastante poco sospechoso de ser un radical.  

4. Carencia de discurso definido.
No hay ideología, no hay objetivos, por lo tanto cada palabra que se diga estará vacía de contenidos. Por ejemplo: Valderas se ha empeñado en defender cosas tan peregrinas como el puesto de trabajo de funcionarios de la junta que trabajan en organismos que se dedican precisamente a destrozar la identidad leonesa, a replantear el calendario escolar o a pedir medidas y acciones urgentes sin concretar en qué y por qué. Valderas es solo un reflejo más del leonesismo fraguado durante treinta años, una ideología sin raíces, sin rumbo ni destino que da como fruto la nada. Ni siquiera se pide la autonomía leonesa, sino que se aspira a delegaciones y sedes. Es la aspiración upeliana: ser la tercera fuerza política sin leonesismo. Tampoco van en la práctica muy lejos los del PREPAL y cualquiera de sus supuestos manifiestos, desde reivindicar celebraciones religiosas como símbolos de unidad hasta convocar manifestaciones fantasma. Ni que decir que el PAL-UL, una agrupación de resentidos de UPL carente por completo de ideología ¿hay alguna acción leonesista en su hsitorial? sus apoyos hasta la fecha son la popularidad y empatías que generen sus candidatos, no sus ideas, y en pueblos eso puede valer para salir de concejal, pero para lograr objetivos superiores no ¿se sabe lo que se dice y por qué?

5. Carencia de territorio.
Increíble pero cierto. El leonesismo por no saber es que no ha sabido ni siquiera articular su propio territorio geográfico de actuación. Se pide leonesismo en todas las provincias cuando ni siquiera los propios partidos llegan a cubrir una provincia. El desconocimiento mutuo es casi total. El último ejemplo lo tenemos de nuevo en las reclamaciones de Valderas en Valladolid: medidas para paliar la despoblación del País Leonés. Pide medidas pero no propone ni una ¿qué se lo impide? ¿Cuáles son las propuestas de UPL en este sentido? ¿existe algún plan de desarrollo? ¿existe algún plan de algo o sobre algo? podría darse cuenta de hechos como que en más de 400 kilómetros de frontera solo es posible cruzarla por cinco carreteras, cuatro de ellas en Zamora (Calabor, Trabazos, Miranda y Fermoselle), pero para cruzar de León a Asturias hay hasta 14 puntos diferentes. El fruto de toda esa ceguera son esas todavía flotantes propuestas de modelos en que cada cual es diferente a la otra ¿renunciaría un oscense a la aragonesidad de Teruel aunque la distancia entre ambos sea tanta y las diferencias también? ¿por qué los leoneses sí? 

6. Carencia de militancia.
Muchos de los internautas participan en eso de las redes sociales. Cuando se iniciaron parecía que por fin se daría la cara y el nombre de todo ese leonesismo que tanto pululaba por la red. Desgraciadamente no ha sido así sino todo lo contrario. Hagamos una pequeña reflexión y veamos a quiénes tenemos de "amigos" o "seguidores" en facebook o twitter o lo que se tenga: "personas" con eslóganes políticos, nombres y apodos falsos o genéricos, fotos de perfil de escudos y banderas... ¿cómo se puede pedir movilización si ni siquiera se da la cara en la red entre supuestos amigos? por contra tampoco ha servido ese hecho para unificar posturas y criterios sino para todo lo contrario, encontrando un caldo de cultivo perfecto para los enfrentamientos donde los "aporreadores", gentes que dicen lo que tienen que hacer los demás y denuncian a todo y a todos, crean un ambiente de crispación y desánimo mayor si cabe señalando con un dedo lo que ellos mismos no son capaces de hacer. Por ello cuando se hace la típica concentración y se ve que no acuden esos 300 o 400 asistentes de convocatoria virtual de facebook, se llevan grandes chascos y empiezan a pasar listados y a recordar caras. Difícil pedir militancia si no hay referentes, difícil pedir movilización si no hay ideología ni causa. Difícil cambiar las cosas si nadie se implica en la práctica.

7. Incapacidad de superar el concepto de autonomía.
Mañana tenemos una autonomía y... ¿qué pasaría? desaparecerían las banderas tan odiadas, ya no diríamos que Pucela nos roba y nos quita, ya no habría ese terrible enemigo castellano por medio ¿nuestra identidad estaría mejor garantizada? Lo que sí está claro es que si por los partidos leonesistas fuera, desde luego que tal y como están hoy no. Si en la actualidad su capacidad de movilización es en respuesta a un agente de fuera ¿qué esperar cuando ya no exista? ¿inactividad total? un territorio, un gobierno y nada que hacer con él, dada la ausencia de ideología, carencia de objetivos y visión de territorio. La prueba más clara la tenemos en la actual representación municipal upeliana, en K.O. técnico. Lo mismo daría que nos gobernaran unos u otros. Quizás habría una comunidad propia pero ¿se defenderían las señas de identidad leonesas? ¿seríamos más leoneses?

8. Incapacidad de superar un leonesismo de salón de baile.
Dice el DRAE que leonesismo es "amor o apego a las cosas características o típicas de la región leonesa". Con esa definición cualquiera, independientemente de su ideología o militancia podría ser leonesista, incluso por qué no el presidente de la junta o el propio Rodolfo Martín Villa, a fin de cuentas quizás les gusten y mucho el cocido maragato, el jamón de Guijuelo o un buen pulpo a la sanabresa. A cualquiera de ellos se les podría llenar la boca diciendo que son leonesistas, y no les faltaría razón. El leonesismo político busca algo más que un gusto o amor por algo, busca que esa esencia, cultura, historia, tradición, gentes y territorio trasciendan en el tiempo y el espacio, que no se limiten a una cópula o a ser solapados bajo otras identidades. El leonesismo político puede y debe aplicar decisiones que nos afecten y beneficien, que respondan a nuestra realidad y no a la de otros. Sin tibiezas, sin ambigüedades, sin bailes ideológicos. Elaborar un buen discurso y convencer a la sociedad de la necesidad de tener una autonomía no solo con palabras sino con hechos. Incluso se puede hacer sin necesidad de una comunidad propia ¿cuántos avances se han hecho en cuestiones puntuales simplemente poniendo un poco de voluntad? 


Es muy probable que en verdad el leonesismo se esté comenzando a forjar ahora mismo. Es ahora cuando más voces exigen que sea algo más que un exabrupto hacia una ciudad y echar culpas a un tercero de los fracasos propios. Nunca antes hubo tantas asociaciones, colectivos y movimientos de tipo leonesista como ahora. El leonesismo político es un fracaso, eso es innegable. Se está a tiempo de poner remedio. Hace algunos años se publicó un libro llamado "500 razones por las que habrá una autonomía leonesa". No hacen falta tantas, solo una: porque somos leoneses.