Tras 40 años de autonomía y preautonomía de Castilla y León, es lógico y previsible que una configuración política, aun siendo de nuevo cuño, genere transformaciones mentales y sentimientos. Sin embargo, y hete aquí lo curioso, donde más trabajo se ha hecho en esta línea es precisamente en el territorio del País Leonés. Y todavía más curioso, ha moldeado hasta límites insospechados, los principios del leonesismo. Si usted está leyendo estas líneas muy probablemente habrá sufrido la manipulación dialéctica que desde la Junta y sus partidos promotores (PP, PSOE, CS, IU, Podemos...) se ha ido infiltrando cual tortura de la gota, en las neuronas de todos los leoneses de cualquier provincia y de un modo casi imperceptible ¿Está seguro de que no? Vamos a comprobarlo con dos grandes mitos que se han vendido por quienes mantener un status quo bien fijado con buenas remuneraciones entre sus serviles: el uno es el mito berciano. El otro, la no leonesidad de Zamora y Salamanca.
MITO 1: EL MITO BERCIANO, CREAR UN FANTASMA Y CREER EN SU EXISTENCIA
Es una constante desde los años 80 escuchar el mito berciano, el bercianismo, un sentimiento de identidad de una comarca que aspira nada menos que a ser provincia. Ensalzado desde la prensa a algunos políticos, pasando por redes sociales más recientemente donde, sin haber señal alguna de su existencia, en el leonesismo se ha planteado su supuesta realidad. El bercianismo nace (otra curiosidad más) como realidad política anterior al leonesismo político. El Partido del Bierzo (PB) fue el primer partido leonés fundado durante la democracia actual, un año antes que el Partido Regionalista del País Leonés (PREPAL), y ambas formaciones comparten una trayectoria muy similar, desde su escaso eco político, pasando por tener líderes absolutistas eternos y terminando por ser estos últimos agobiantes tribunistas de prensa.
- Los ríos bercianos no van al Duero sino al Miño.
- Diferencias orográficas de ser de montaña frente a la "meseta castellana" de los leoneses, con frontera en el Puerto de Manzanal.
- Clima "atlántico" frente al clima "mediterráneo" leonés.
- Cultivo dominante de viñas y frutales frente al cereal leonés.
- Idioma propio, el berciano, que se parece al gallego con rasgos del castellano.
- Mayor PIB que León.
- Mejores y más relaciones con Galicia que con León.
- Fisionomía humana diferente a la leonesa, siendo esta última "espigada", propia de la meseta, frente a la berciana, rica en formas más redondeadas (esta cita se escribió en La Crónica de León tras ganar ese año una chica de Ponferrada el concurso de Miss León).
La lista sería muchísimo mayor, si bien todos caminaban (y caminan) por un similar derrotero: el concepto geográfico y la etnografía, algo que fue el discurso de partida de la comunidad de Castilla y León, vertebrada sobre cuencas fluviales y realidades orográficas. Hablamos de fines de los años 80 hasta bien entrado el siglo XXI. De fondo, el leonesismo seguía creciendo como hecho político, incluso en El Bierzo, donde casi roza el concejal en Ponferrada con la candidatura de Joaquín Otero.
Bercianismo y galleguismo
Pero el bercianismo cuenta con otro apoyo claro y ricamente financiado: el galleguismo. El bercianismo por definición odia (y no exageramos) todo lo que tenga que ver con lo leonés, y a la hora de buscar un rasgo fuerte frente a lo leonés uno de ellos es la cuestión idiomática. Para el bercianismo existe el hecho del "berciano", una "lengua" (entrecomillada porque nadie lo reconoce ni siquiera como hecho filológico) que es "de base gallega con abundantes castellanismos", y esa base es la que inclina la mirada hacia el occidente. Por supuesto, ni hablar del leonés, que es por geografía la que domina el espectro berciano. Cada año, representantes del Partido del Bierzo acudían los 25 de julio a Santiago a presentarse como invitados por el nacionalismo gallego en sus actos de reivindicación soberanista. Incluso pactaron un acuerdo de colaboración entre el BNG y el PB para lograr objetivos comunes. El pacto no valió para absolutamente nada en cuanto a resultados de inversiones logradas por los representantes nacionales del BNG, pero sí para estos úlitmos que podían aducir sin mentir que tenían en casi coalición a un partido berciano entre sus filas.
Porque el galleguismo, que siempre ha aspirado a la absorción territorial de las áreas limítrofes leonesas, ha aprovechado para desarrollar un discurso de galleguidad de lo berciano tomando de base una deformación lingüística con toques culturales y algún imaginativo argumento seudo histórico insostenible bajo cualquier análisis serio. En el imaginario bercianista cuaja y se aprovecha para marcar una senda propia. Porque no encuentra réplica. El leonesismo ha dejado en un cajón con polvo la cuestión lingüística, la revindicación histórica y la labor cultural, se ha centrado un agravio comparativo, y el precio a pagar es este y otros a mayores en el futuro.
En El Bierzo son decenas los colegios que enseñan gallego como materia optativa gracias al acuerdo entre la Xunta y la Junta en materia educativa. El beneficio es claro para la Junta, cubre gastos con materias optativas que paga directamente la Xunta, además de desarrollar un mito lingüístico que genera la buscada división frente a lo leonés. Para la Xunta también es claro, desarrolla una campaña de promoción del gallego y entronca culturalmente con lo berciano, a pesar de que la realidad lingüística gallega en El Bierzo es minoritaria frente al dominio geográfico del leonés en esta comarca. Para que nos hagamos una idea de la repercusión mediática que tiene el galleguismo en el Bierzo, aquí una foto de la presentación de un colectivo que pedía la integración de la comarca en Galicia. Obsérvense los componentes del colectivo y cuántos fotógrafos había. Todo esto, como es lógico, encaja también con el cuestionamiento de la leonesidad de El Bierzo. Porque la cuestión no es la enseñanza del gallego, sino por qué se enseña gallego.
La realidad política y social del bercianismo
Entre unos y otros, a los "no bercianos" les ha llegado el mensaje deformado de que existe un sentimiento de identidad muy desarrollado entre todos los bercianos. Tal hecho, como es lógico, debería de plasmarse en algo más que fotos de grupos ultraminoritarios. Quienes denuncien lo totalmente artificial del bercianismo son enseguida tachados de "leonesistas" (ojo al calificativo) y de que no admiten una "realidad sociológica incontestable". Tal "realidad" debería ser palpable y visible para todos que sin embargo no se hallan por parte alguna:
- resultados electorales: salvo el momento de la fundación de Coalición por el Bierzo (CB), cuando el PB se juntó con gentes de Pedro Muñoz, el bercianismo obtuvo siempre resultados muy bajos en cuanto a concejales. CB desde luego que no es un partido bercianista al uso, es una amalgama de gentes rebotadas de diversos partidos y un grupo muy reducido y minoritario de bercianistas que ya eran exiguos tras su división previa desde el PB. Pedro Muñoz era y es todavía el referente y el que mueve todos esos votos y gentes. Pero este líder está ahora mismo en la cárcel por intento de asesinato de su mujer, con lo que la cosa cambiará, incluyendo sus resultados electorales.
- Peticiones oficiales: lo anterior no siempre es significativo si el partido que lo defiende no convence en su conjunto pero sí ese aspecto en concreto. De la idea del bercianismo y su provincia no hay ninguna clase de transversalidad ideológica en el resto del espectro ideológico. En la única moción presentada hasta la fecha pidiendo la provincia berciana, efectuada por Tarsicio Carballo en Ponferrada, solo encontró apoyo en el CB. El resto de formaciones votó o en contra o en blanco. Lo pasmoso del caso es que la petición era ser "provincia 10 de la comunidad de Castilla y León", marco autonómico que es cuestionado y rechazado por el propio bercianismo. Incongruencia e incoherencia llevadas a grado sumo, pero recordemos que el principio del bercianismo es el odio a lo leonés. Ni siquiera Podemos, otra formación que apoya hasta la reivindicación territorial más mínima, quiso sumar votos a la causa, todo lo contrario que con la leonesa que sí lo ha hecho en todos los municipios que ha podido, incluso impulsándola y hablando del derecho del pueblo leonés.
- Digamos más todavía, siendo diputado provincial por CB en la Diputación de León, el propio Pedro Muñoz votó a favor del mantenimiento y defensa de las diputaciones como figura jurídica de ordenamiento, en un momento en que el catalanismo pedía su disolución.
- Como colofón a todo ello ¿Conoce alguien alguna manifestación organizada específicamente para pedir la provincia berciana? Cuatro puntos que marcan la gran diferencia entre el mito y la realidad.
¿Y la antigua Provincia del Bierzo?
¿Y qué es realmente el bercianismo ahora mismo?
Usaremos
palabras de los periodistas David Page e Iñaki de
las Heras, que en su libro "Micronacionalismos" analizaron al
bercianismo a través de su fundador, Tarsicio Carballo: "El bercianismo se ha descafeinado (...) la reivindicación
original de un estatus provincial o autonómico para la comarca se ha quedado en la mera petición de mejores servicios".
Es decir, algo prácticamente calcado a cualquier otra agrupación
vecinal con tildado político que cada elección se presenta por un
municipio. A estos mismos periodistas les pareció algo muy curioso el hecho de exista una comarca que pidiera la independencia de León, pero a la vez se sintieran diferentes de Valladolid, algo que tildó de "todo un juego de muñecas rusas". Para que se entienda: se acusa y repudia a quien no tiene ni competencias políticas para afectarte, pero a la vez se pide ser provincia para subrogarse a quien sí las tiene y promueve tu nefasta situación actual. Y eso, dice el bercianismo, es buscar el bien de los bercianos.
- Las provincias adquieren el rango de identidad. Un burgalés es castellano, pero siempre se definirá primero como burgalés y luego español, relegando lo castellano a un concepto de regionalidad secundario. En cualquier otra provincia de la comunidad el resultado será similar. La consecuencia es que un zamorano es de Zamora y un salmantino de Salamanca. Y un leonés, de León, que en este último adquiere consistencia de identidad histórica por símil nominal.
- El mensaje político leonesista es en esencia centralista y provincial. Lo pueden negar o cuestionar quien quiera, pero es algo que llevamos denunciando en este blog desde nuestros inicios. Se debe a esa asimilación de lo provincial a la identidad, mezclándose lo uno con lo otro cuando son elementos totalmente ajenos y hasta contradictorios.
- Herencia de esto es un leonesismo que ha ceñido su discurso en la práctica a la provincia y las necesidades de su capital provincial, con clara dejación al resto. De ahí nace parte del discurso bercianista, pero también de la indiferencia salmantina y zamorana ¿Qué sentido tendría una autonomía leonesa si la capital pasa de Valladolid a León? El beneficio, a pie de calle y si no se dice nada más, es nulo. El sentmiento e idnetidad pasa a un muy lejano lugar. No se puede pedir a un ciudadano de Béjar que apoye algo cuyo sostén ideológico ignora su realidad y menos aún cuando aparentemente no le aporta nada.
Salamanca, ejemplo del desarrollo provincianista
Desde algunas voces del leonesismo se aduce que cuando se inició el proceso autonómico, Zamora y Salamanca se opusieron. En verdad lo que hicieron fue guardar silencio, que no es lo mismo que oponerse. Un silencio desde unas diputaciones amordazadas políticamente, exactamente igual que en cualquier otra institución de la provincia de León. Aquí cabrá recordar la obra de David Díez Llamas El Proceso Autonómico Leonés, donde recoge todas las cacicadas que se hicieron desde todos los partidos para que la cuestión leonesa se silenciara. A la inmadurez del movimiento leonesista político se le sumó un casi nulo discurso identitario. Lo poco que se desarrollaba se hacía desde las casas regionales, que no eran regionales sino realmente provinciales. En Madrid había Casa de León, pero también Casa de Zamora, y de Salamanca. Nadie se imagina una Casa de Lugo o de Pontevedra yendo por separado pero sí una Casa de Galicia. La exaltación del hecho provincial se trasvasó a las diputaciones y sus labores culturales, y eso también se recoge hoy día, calando hasta el tuétano la identificación de la provincia como elemento identitario.
¿Y cómo asume la junta y sus colaboradores ese hecho y lo convierten en conciencia castellana o castellanoleonesa? Baste por ejemplo echar un vistazo a la página de la Diputación de Salamanca en su área de cultura, para descubrir que su objetivo es "potenciar la cultura charra", y por extensión, y aquí lo grave, su pertenencia a Castilla y León. En su Instituto de las Identidades, podemos ver algunas de las publicaciones que se ofrecen, cobrando especial relevancia las publicaciones digitales. Y todas las obras que se ofrecen llevan el título de Castilla y León. Como se ve, todas tienen un marco territorial claro, Castilla y León. El símil salmantino = castellanoleonés = castellano es fácil y muy rápido de hacer.
Este trabajo de convencimiento desde lo cultural es una labor que lleva desarrollando la junta desde casi sus inicios, a través de sus múltiples fundaciones. No hace falta ni siquiera mentir o falsear datos (aunque lo hace), se puede perfectamente presentar un ramo leonés como un elemento cultural de una parte del territorio "castellanoleonés". No se niega lo leonés, sencillamente se asimila. El discurso es simple, efectista y con consecuencias más que claras en el tiempo.
Pero esto no se hizo ni se hace solo desde Salamanca, o incluso a veces desde Zamora, sino desde la propia Diputación Provincial de León. Su máxima expresión, la revista Tierras de León, focaliza todos sus esfuerzos de difusión cultural exclusivamente en la provincia leonesa. Diríamos incluso que solo en una parte de la provincia leonesa, pues si hacemos un ratio de publicaciones que hagan citación a La Cabrera, Laciana, El Bierzo, Fornela, Babia, Ancares, etc. veremos que representan muy poco a pesar de su riqueza etnográfica e histórica, frente a cualquier otro punto de la provincia.
La pobreza ideológica del leonesismo debido a su carácter netamente pueril (entendido como juvenil) hace que las cosas no se vean ni en perspectiva ni con la trascendencia que merecen los hechos. No ha superado ni quiere superar el victimismo. no plantea alternativas ni dibuja una hipotética comunidad autónoma leonesa que no sea trasladar y cambiar de bandera las administraciones preexistentes. Y esto, de nuevo hay que volver a remarcarlo, se ve y piensa en Zamora y Salamanca.
EL RESULTADO: UNA PROPUESTA PROVINCIALISTA INVEROSÍMIL
El viernes 20 de diciembre un grupo de personas, calificadas por la prensa como "intelectuales" del leonesismo, y bajo la designación de Iniciativa Autonómica Leonesa, presentan un proyecto para constituir una autonomía leonesa. Sus componentes son: Javier Lago (doctor en Economía y profesor de la ULE) que es el coordinador, Javier Callado (veterinario e investigador), José Luis Prieto (psicólogo y docente en la UNED), y Santiago Asenjo (profesor de la ULE). Como nombres con una formación curricular al menos de respeto, tres de ellos profesores universitarios, debería de esperarse algo serio y meditado.
El documento (ver aquí) parte de una voluntad de crear una autonomía de la "Región Leonesa", entendida esta como las tres provincias. Añaden el deseo de desarrollar propuestas en múltiples materias para lograr ese objetivo. Hasta aquí la cosa apunta bien, pero ya en el punto de "Estrategia" se advierte la nula voluntad de tal deseo práctico: aseveran que las iniciativas autonómicas parten de las provincias (asumen así la igualdad identidad=provincia), algo que es muy discutible, pues o se conformaron bajo realidades históricas (Cataluña, Andalucía, Galicia, Aragón, etc.) o bien lo hicieron por criterios puramente geográficos (Cantabria, La Rioja) mezclándose de por medio toda suerte de malabarismos dialécticos y legales, siempre desde despachos madrileños. Se ahonda y profundiza más en la asimilación de la provincia de León a partir del punto 2 cuando habla del "Marco Territorial", aduciendo que se inició una petición oficial tal que un 27 de diciembre por el Ayuntamiento de León. Es a partir de este párrafo cuando la mención a las otras provincias leonesas desaparece para solo citarlas como posibles miembros en el futuro y cómo quedarían repartidas territorialmente y en cuanto a número de consejeros. De modo muy resumido, se afirma lo siguiente:- Proponen una autonomía
leonesa uniprovincial con dos departamentos, uno el leonés al que llama "Tierras de León" y otro el
berciano que llaman "El Bierzo", configurado este último según el territorio del actual Consejo
Comarcal del Bierzo o incluso más extensión, pues dejan abierta la posibilidad de que se incluyan en el mismo los municipios que así lo deseen.
- La capitalidad residirá en León, ciudad que por tradición histórica le corresponde.
- El cuerpo administrativo será un traspaso de los existentes desde la junta a la nueva comunidad, lo mismo que los de la diputación, por lo que se evitará una duplicidad de funcionarios y se ahorrará en costes.
- En principio no se cuenta con Salamanca ni Zamora, pero se deja la puerta abierta "para que se sumen" bajo una clara voluntad democrática.
De las bondades de una autonomía uniprovincial no han escatimado recursos para defenderla, incluso aduciendo que las autonomías uniprovinciales van mejor económicamente, hecho que a poco que se consulten los datos económicos de los últimos 20 años vemos que es rotundamente falso y que requieren verse con perspectiva más amplia. Incluso colgaron un vídeo en Youtube con sus datos:
- La provincia de León NO cumple el principio establecido en la constitución de ser región o nacionalidad histórica. Lo cumple junto a Salamanca o Zamora (nacionalidad histórica), pero sola no. Pero ¿Y qué pasó con Santander y Logroño? lo lograron por su carácter geográfico. Santander era (es) la montaña de Castilla, y su geografía responde a una realidad diferenciada al resto de Castilla y su submeseta norte. El caso logroñés es prácticamente idéntico, separada de Soria y en menor proporción de Burgos por unas elevaciones montañosas que la configuran hacia la cuenca del Ebro y no del Duero, como en Cantabria. Esos fueron los criterios y no otros, cuencas hidrográficas y disposición orográfica, añadiéndose al asunto toda suerte de malabarismos dialécticos y argumentativos más o menos imaginativos. Incluso Asturias fue planteada como una provincia más dentro de Castilla, algo que contó con las simpatías del gijonés Santiago Carrillo y de gran parte del PCE recién legalizado entonces. El factor geográfico y el peso económico de la minería sumada a la leonesa, impideron tal locura. Es decir, para romper la concepción geográfica debe romperse desde la división histórica, y no desde modelos uniprovinciales.
- El siguien punto es que afirman que se quiere dividir la provincia en dos departamentos. Puede dividirse cualquier ente provincial en tantos organismos como se desee siempre y cuando se supediten al marco provincial, que es el legalmente establecido, de nuevo, por la constitución. Pero resulta interesante que tal marco administrativo se componga de un elemento berciano que como vimos antes es una delimitación marcada exclusivamente por la junta y no responde a modelo alguno, ni geográfico, ni histórico. Afirmar que se deja la puerta abierta a que entren o salgan municipios a placer suena a un modelo territorial casi idílico y sin respuesta práctica alguna.
- El tercer punto erróneo es el trasvase de funcionariado, aduciéndose, para convencimiento de esos que están en contra de las comunidades autónomas, que no supondrá más funcionarios. En el proyecto se explica que será en esencia un traspaso de funcionarios existentes de la junta a la nueva comunidad. Mientras que la diputación se convierte en el órgano de gestión autonómico. Esto era válido cuando comenzaron las comunidades y estas no tenían casi competencias. Pero ya no es tan simple, hay competencias de las que no dispone una diputación (sanidad, educación, justicia...). Muchos de esos funcionarios ni siquiera están en León sino en Valladolid. Toda nueva comunidad, sí o sí, requiere más funcionarios, sea como sea.
- Del anterior punto surge un cuarto punto equivocado: no se puede decir que se deja la puerta abierta a Zamora y Salamanca cuando se propone una autonomía uniprovincial porque la diputación desaparece. Pero si se incorporan, cada provincia debe contar sí o sí con una diputación porque así consta también en el ordenamiento jurídico español. Es decir, se re-crearía de nuevo esta. Todo un caos organizativo por mal planteamiento inicial.
- Hay otro factor que es más claro aún: el melón autonómico, si se abre alguna vez, desde luego que será muy momentáneo y muy controlado desde Madrid. Y si con todo, y siendo tremendamente hipotéticos, se creara esa autonomía uniprovincial ¿Cómo se podría dejar la puerta abierta? Debería de haber un trabajo detrás muy grande para volver a mover algo que costó tantísimo abrir. La experiencia de múltiples lugares nos dice que oportunidades hay muy pocas, y que cuando se renuncia a algo, suele ser para siempre.
Hay otra razón más política que este blog ya dijo en sus dos entradas previas sobre el PSOE: este partido ha hecho un claro discurso leonesista con un marco territorial muy claro, las tres provincias. Al menos así lo dice el líder de ese discurso, el actual alcalde leonés José Antonio Díez. El PSOE, volvemos a repetir, es un partido muy experto en sumarse en causas reivindicativas que tengan peso social considerable como para asumirlo en su decálogo ideológico, no sin cierta reelaboración. La causa de la autonomía del "Reino de León" (obsérvese que no dicen "Región Leonesa") se asume, pero no la supuesta causa berciana ni la castellanidad de Salamanca o Zamora, provincia esta última donde varias voces de la ejecutiva hablaron y hablan de una identidad leonesa, incluyendo el actual secretario general de Juventudes Socialistas. .
¿EXISTE AHORA MISMO UN CALDO PROPICIO QUE PERMITA LA AUTONOMÍA?
Habría que empezar por esto y no la casa por el tejado, si hay algún signo visible de que existe tal posibilidad. Si partimos de la voluntad política de los otros partidos, y a excepción de los casos puntuales y a título particular que se plasman en votaciones de pueblos y ayuntamientos, los partidos españoles se muestran totalmente contrarios a un proceso autonómico leonés. Ni siquiera el PSOE, en su claro juego ambivalente de discursos entre leonesistas y pro Castilla y León, deja puerta abierta a nada. Recomendamos volver a leer nuestra última entrada al respecto del socialismo y su fagocitosis del leonesismo. De ahí que quiera asumir el discurso, pero no para lograr como objetivo la autonomía, sino para consolidar un espectro electoral. Véase experiencia catalana.
Así que nos queda UPL. Ni qué decir las veces que hemos explicado en este blog que bajo dichas siglas el leonesismo camina entre el despiste y la pereza, entre la desidia y la dejadez, entre el no saber y el no querer. Baste esta reflexión: para que se proceda a constituir una comunidad autónoma, debería de ser formulada dicha petición en primera instancia por la diputación correspondiente. Incluso fijándonos exclusivamente en la diputación leonesa, ese hecho ni está ni se espera. En otras circunstancias podríamos decir que el rodillo clásico de los partidos estatales se aplica. Pero en esta legislatura no.
Solo exigí dos cosas: una era la conectividad, que está saliendo adelante, y la transformación de los regadíos. El resto de lo que hay en el pacto va más al desarrollo de la capital que al desarrollo de la provincia. No tengo ningún tipo de problema. Nadie me ha dicho nada en los servicios que llevo y nada más. Soy y siempre he sido de esta provincia, así de claro.
En cualquier otro partido, ser llave y clave de un gobierno provincial, sería herramienta de presión para lograr metas. Una muy sencilla sería plantear un órgano de coordinación entre las tres diputaciones leonesas, escalafón previo a un marco autonómico leonés previo. Estas cosas se escapan en UPL ¿Realmente en UPL quieren la autonomía o solo pervivir bajo el status quo actual? ¿Saben qué pasos legales hay que llevar a cabo? Preguntas que encuentran el silencio como respuesta.
¿Es viable eso de un consorcio de diputaciones leonesas?
Se le escapará a la UPL, pero en el PP durante un tiempo lo vieron como una oportunidad de lograr financiación y fondos ante un territorio claramente en decadencia como es el País Leonés, o como dicen en Valladolid, el oeste de la comunidad.
La Cátedra de Estudios Leoneses (CELe) se crea en la Universidad de León (ULE) como una cátedra extraordinaria de tipo institucional y el reglamento por el que se rige se aprueba en sesión de su Consejo de Gobierno del 19 de diciembre de 2017. La ULE cuenta para su desarrollo con una subvención de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León recogida en una orden del 13 de noviembre de 2017.
La Cátedra tendrá por objeto el análisis, la investigación, la docencia y la difusión de los aspectos específicos de la cultura en el ámbito leonés desde todos los puntos de vista que se estimen relevantes.
En ningún lugar se habla de "región leonesa", ni "país leonés" o "reino de león". Ni siquiera se citan marcos provinciales o territoriales. Absolutamente nada. Pero si seguimos leyendo el subapartado anterior apreciamos una cita más interesante todavía: "La Cátedra de Estudios Leoneses actuará en áreas académicas como la lengua, la literatura, la historia, el patrimonio, la antropología, la geografía, la economía, la educación y, en general, todas las que puedan englobarse bajo una denominación amplia del término cultura leonesa". Si vamos a la sección "bibliografía" nos encontramos con el hecho de que hay miles de títulos de obras de esas materias de las tres provincias, incluso con títulos que poco o nada tienen que ver en principio con la cultura leonesa más allá de una relación geográfica. Eso ya es un paso. Que sea temporal o definitivo depende de la trascendencia en el tiempo que tenga esta institución.
Y...¿Alguien recuerda a este señor, de dónde era y lo que dijo sobre su sentmiento territorial? Hagan memoria esos leonesistas que tanto gustan compartir en redes de todo pero que enseguida olvidan.
El reduccionismo territorial que se ha planteado recientemente, y que algunos frentes del leonesismo han abrazado como única esperanza, es la constatación del modelaje ideológico que se ha llevado a cabo desde la junta y que ha reconfigurado por completo el discurso leonesista. No es un modelaje vallisoletano, sino previo, ya desde el franquismo. Hasta la llegada del régimen fascista, lo leonés era siempre las tres provincias, y un ejemplo más que palmario fue el concurso de Miss Región Leonesa, cuya última ganadora fue una mujer de Salamanca. El franquismo destruyó todo movimiento regional supraprovincial por terror hacia los nacionalismos como el catalán o vasco, promoviendo en contra un concepto binomial de provincia y nación (España). Concepto que caló y de qué modo en las provincias leonesas.