Estamos más perdidos que un pulpo en un garaje. Durante décadas los leoneses, y especialmente los leonesistas, hemos vivido gobiernos y clases políticas cuya única motivación es el personal, derivando en la indignación y desencanto. En el leonesismo ello ha producido la mutación de movimiento fuerte y consolidado socialmente a mix de mezclas de churras con merinas en que ya nadie se entiende ni se pone de acuerdo.
Del político vamos a dedicar una entrada exhaustiva de por qué ha sido y es un rotundo fracaso. Hoy vamos a ver eso que algunos llaman "leonesismo social", que no es ni más ni menos que un grupo de personas en teoría sin vinculación política cuyo único mor es la defensa de la identidad leonesa.
Vídeo manifestación de 1984. 90.000 personas de Zamora, Salamanca y León pidiendo la autonomía leonesa.
Empecemos por decir que lo que se viene llamando como el leonesismo social ni es homogéneo, ni carismático ni movilizador, ni tan siquiera representativo a escala electoral. Duras palabras de inicio ¿verdad? Quizás en algún momento lo fuera, pero ya no. Ese leonesismo social bien podríamos dividirlo en tres categorías. Por una parte en gentes que les gusta lo de las tradiciones y punto. Otros quieren dar un toque político sin saber muy bien qué discurso manejar. Finalmente están los profesionales de la denuncia, incapaces de vivir sin Valladolid ni una junta a la que culpar de todo incluidos sus fracasos personales.
Del primer grupo, los amantes de las tradiciones, son los menos problemáticos para el stablishment. No son incómodos, suelen ser de tendencias más bien conservadoras a nivel ideológico y en cuanto a implicación política es nada. Tal toque conservador les lleva a bien de ellos (que no a todos) a exhibir con orgullo lo que ellos consideran netamente leonés, que es lo que sea de su pueblo, así tal cual. Literalmente lo más rural, aquello que ellos vivieron en sus casas y que, por supuesto porque para eso nacieron en León, es la quintaesencia de la cultura leonesa. No importa el qué ni cómo, lo es y punto. Y decimos "de su pueblo" porque lo que hagan en otros sitios, si no encaja en los esquemas mentales, es en el mejor de los casos observado con recelo y puesto en cuarentena hasta que no pase las pertinentes pruebas del algodón. Muy especialmente lo lingüístico, pues no olvidemos que el tema de los idiomas es el gran caballo de batalla de todas las luchas identitarias. Una lengua implica ser algo más que una región histórica o discriminada por los malotes pucelanos, una lengua lleva parejo palabras como nacionalidad, independentismos, radicalidades...y toda esa ristra de vocablos convertidos en insultos y actos delictivos gracias a un poder establecido que precisamente niega lo leonés o lo relega a un muy segundo plano. La visión global se echa muy en falta.
Para comprobar la veracidad de las anteriores afirmaciones muchos de los lectores dispondrán de facebook. En dicha red social pueden leer algunos de esos ya innumerables grupos creados con toda la buena intención del mundo para hablar de cosas leonesas (en verdad y en la práctica cerradas a la provincia de León). La cosa en todos ellos arranca del mismo modo: se empiezan con publicaciones de varias personas y todo discurre dentro del cauce de la normalidad. Entonces alguien mete una palabra o comentario en leonés...el lío montado. Que si no se entiende, que si es inventado, que si no existe...se monta un debate épico que tras unas horas se soluciona con un grito de viva la libertad donde cada cual puede escribir como quiera, eso sí, exigiendo respeto por el castellano que es la lengua en la que nos entendemos todos. Montones de "me gusta" a tan absurdo mensaje y asunto zanjado, porque a fin de cuentas todos son amigos de un modo u otro. Otro caso es cuando alguien dice que si ser región y luego español, otro que si nacionalista y otro que todo lo contrario. Se alarga la cosa hasta el infinito y de nuevo un "luchemos por León" zanja tal debate. Lamentable. Visión global.
Para comprobar la veracidad de las anteriores afirmaciones muchos de los lectores dispondrán de facebook. En dicha red social pueden leer algunos de esos ya innumerables grupos creados con toda la buena intención del mundo para hablar de cosas leonesas (en verdad y en la práctica cerradas a la provincia de León). La cosa en todos ellos arranca del mismo modo: se empiezan con publicaciones de varias personas y todo discurre dentro del cauce de la normalidad. Entonces alguien mete una palabra o comentario en leonés...el lío montado. Que si no se entiende, que si es inventado, que si no existe...se monta un debate épico que tras unas horas se soluciona con un grito de viva la libertad donde cada cual puede escribir como quiera, eso sí, exigiendo respeto por el castellano que es la lengua en la que nos entendemos todos. Montones de "me gusta" a tan absurdo mensaje y asunto zanjado, porque a fin de cuentas todos son amigos de un modo u otro. Otro caso es cuando alguien dice que si ser región y luego español, otro que si nacionalista y otro que todo lo contrario. Se alarga la cosa hasta el infinito y de nuevo un "luchemos por León" zanja tal debate. Lamentable. Visión global.
Luego tenemos en el leonesismo social a esos que viven en la denuncia constante. Son gente que ama la adrenalina de la denuncia, de sentirse oprimido y explotado, de no ser libre. No importa el qué ni los argumentos, o si en verdad tienen razón o no en su denuncia, el caso es gritar por absolutamente todo: que si Lar vende su leche con la etiqueta de tierra de sabor, que si no compres coches Renault porque se hacen en Valladolid, que si la junta hizo tal o cual cosa y eso otro agravio para los leoneses...la lista puede rozar el infinito. Ideológicamente aparentan ser más bien de izquierdas, aunque en la práctica no se alejan mucho del conservadurismo leonés tan cazurro. Son los más movilizados y protestones vía internet, dominan casi a la perfección el facebook, twitter, flickr, tuenti o el que sea. Podrían contemplarse como personajes hasta necesarios si no fuera porque a la hora de la verdad son el vivo reflejo de su modo de expresión: un combinado de bits lanzados al aire intangibles en la realidad, no se mojan en nada, no quieren implicarse realmente en nada y consideran que de hacerlo perderían su capacidad de denuncia.
La tercera pata de esta silla coja la tenemos en el leonesismo social con tintes políticos. Caminan sin liderato y sin referentes políticos, con un amplio sentimiento de frustración tras tantos años de engaños. Sin referentes, dan tumbos y bandazos, a golpes de viento y timón sin encontrar un rumbo propio que sirva a otros de guía. Se les llena de la boca de ese País Leonés tan mencionado que casi está gastado de usarlo, aunque a la hora de la verdad apenas superan el provincialismo. No apoyan a UPL porque les ha engañado demasiadas veces, no ven el PAL-UL un verdadero partido político leonesista sino resentidos de los anteriores, y el PREPAL es o la única esperanza de coherencia o directamente tiempo perdido. Ni siquiera tienen ya la vidilla que daba un Pardo ahora desaparecido con sus cosillas entre el nacionalismo extremo y la coherencia más lógica. No hay nadie a quien mirar ni medir, por lo tanto no hay rumbo ni objetivo salvo protestas vacías en internet.
Para que esta silla de tres patas no se caiga podemos poner una más: los escritores leonesistas. No hablamos de novelistas ni poetas sino de esos ya míticos columnistas y tribunistas de prensa que de vez en cuando nos riegan con sus opiniones. Parecen dar pasos hacia atrás y contradecirse con lo que dijeran en el pasado. Su eco parece cada vez cricunscribirse a un club de amigos irreductibles que todo lo que digan les parece no bueno sino palabra divina. David Díez Llamas nos habla de la importancia del aeropuerto leonés. Todo correcto si no fuera porque el País Leonés tiene más de un aeropuerto (Salamanca), y del otro nadie habla absolutamente nada ¿dónde quedó ese discurso tan bien elaborado sobre el por qué del País Leonés y sus tres provincias? ¿dónde están todos esos ejemplos de economía, transporte, población y demás argumentos para justificar lo del triprovincialismo? ¿en qué han quedado esos ensayos escritos en libros como "El Proceso Autonómico Leonés"? Parece que Zamora y Salamanca son solo una excusa justificativa sin mayor convicción. Otro ejemplo también reciente lo tendríamos en Joaquín Cuevas, como lo demuestra una de sus últimas tribunas donde dice lo siguiente:
El manual de instrucciones del leonesismo es tremendamente simple: hablas del Reino de León (o de la Región Leonesa, o del País Leonés, como te guste más), dices cuatro insultos fuertes a Pucela y su alcalde, soflamas contra la junta y listo. El resto no importa: dará igual que critiques el modelo autonómico cuando el máximo discurso sostenido por el leonesismo sea tener una autonomía propia; tampoco pasará nada si antepones sentimientos de pertenencia identitaria a lo leonés en escalas jerárquicas a cada cual más variable. Ni siquiera que seas un supino ignorante pero te permitas la licencia de hablar ex cátedra incluso con libros por medio de historia, culturao sentimientos. No pasa nada de nada, es el leonesismo. Así ha funcionado UPL durante 20 años, que se lo pregunten a De Francisco, Joaquín Otero, Luis Herrero Rubinat, Melchor Moreno, Javier Chamorro ¿hicieron o hacen algo verdaderamente leonesista aparte de cumplir con esos puntos básicos?
Porque sí, existe un leonesismo de conciencia y sentimiento, muy mayoritario en la población leonesa. Flota en el aire cual eter y es quien en verdad inclina balanzas. Para que se convierta en resultados electorales necesita un leonesismo sociológico de unión, convencido, con discurso desarrollado y elaborado, sin altibajos emocionales, con ideas sin complejos. En Galicia el galleguismo cultural ha impregnado casi todas las ramas culturales y es capaz de conectar esa necesidad de presencia política galleguista en todos los ámbitos. Tiene un discurso bastante unificado, sin altibajos, activo y presente en casi todo gesto. Y eso a pesar de tropezar con una sociedad tan conservadora como la gallega. El resultado está ahí, al lado nuestro.
El leonesismo social por contra se ha ido quedando en un reducto de casi amigos y conocidos todos entre sí, de personas que les mueve un sentimiento sano pero que no han sabido ni desarrollarlo ni defenderlo. Mucho del mismo se ha venido circunscribiendo a internet, lo cual agiliza la intercomunicación pero con su lado negativo, y es que oculta el lamentable hecho de que parte significativa del mismo ni siquiera vive dentro del País Leonés, por lo que su poder se reduce todavía más. Para colmo, muchos se deshinflan frente a la presión mediática y social que les hacen creer que lo verdaderamente prioritario para los leoneses es la crisis económica que surge por entre otras razones las autonomías, los nacionalismos y las defensas identitarias ¡fíjate tú! ante tal presión son ya demasiados los que pinchan y no pueden seguir el camino. A otros la crisis ha servido para quitarles la careta y demostrar que están en ello por puro acto de rebeldía cual mozalbete con pelos largos y camisetas anti sistema.
El leonesismo social no es culpable del fracaso del leonesismo político, tan solo es un eslabón muy importante perdido de la larga cadena de factores. Deberá empezar a recapacitar qué es lo que en verdad le mueve y bajo qué argumentos. Pero por encima de todo, entender que si son verdaderamente leonesistas es solo y exclusivamente lo leonés lo que debe de moverles. Otros han tenido demasiados amores, no solo los monetarios, sino ideológicos, mariposeando cual libélula sobre un río en el verano, y su final ha sido el que todos sabemos. Ser leonesistas, leoneses por encima de todo o...ser como los demás.
La tercera pata de esta silla coja la tenemos en el leonesismo social con tintes políticos. Caminan sin liderato y sin referentes políticos, con un amplio sentimiento de frustración tras tantos años de engaños. Sin referentes, dan tumbos y bandazos, a golpes de viento y timón sin encontrar un rumbo propio que sirva a otros de guía. Se les llena de la boca de ese País Leonés tan mencionado que casi está gastado de usarlo, aunque a la hora de la verdad apenas superan el provincialismo. No apoyan a UPL porque les ha engañado demasiadas veces, no ven el PAL-UL un verdadero partido político leonesista sino resentidos de los anteriores, y el PREPAL es o la única esperanza de coherencia o directamente tiempo perdido. Ni siquiera tienen ya la vidilla que daba un Pardo ahora desaparecido con sus cosillas entre el nacionalismo extremo y la coherencia más lógica. No hay nadie a quien mirar ni medir, por lo tanto no hay rumbo ni objetivo salvo protestas vacías en internet.
Para que esta silla de tres patas no se caiga podemos poner una más: los escritores leonesistas. No hablamos de novelistas ni poetas sino de esos ya míticos columnistas y tribunistas de prensa que de vez en cuando nos riegan con sus opiniones. Parecen dar pasos hacia atrás y contradecirse con lo que dijeran en el pasado. Su eco parece cada vez cricunscribirse a un club de amigos irreductibles que todo lo que digan les parece no bueno sino palabra divina. David Díez Llamas nos habla de la importancia del aeropuerto leonés. Todo correcto si no fuera porque el País Leonés tiene más de un aeropuerto (Salamanca), y del otro nadie habla absolutamente nada ¿dónde quedó ese discurso tan bien elaborado sobre el por qué del País Leonés y sus tres provincias? ¿dónde están todos esos ejemplos de economía, transporte, población y demás argumentos para justificar lo del triprovincialismo? ¿en qué han quedado esos ensayos escritos en libros como "El Proceso Autonómico Leonés"? Parece que Zamora y Salamanca son solo una excusa justificativa sin mayor convicción. Otro ejemplo también reciente lo tendríamos en Joaquín Cuevas, como lo demuestra una de sus últimas tribunas donde dice lo siguiente:
(...) Son muchas la personas que opinan que el mayor problema de España es político del que derivan todos los demás, incluído el económico. El funcionamiento actual de las autonomías; el Estatuto de Cataluña; la negociación mantenida y continuada con ETA; la sentencia del 11-M con más sombras que luces son cuestiones políticas que han llevado a España a la ruina y la están destruyendo como nación unitaria. La relación de Cataluña con España es semejante a la relación de Castilla con León a la muerte del rey Ramiro II allá en el siglo X. Oficialmente Castilla pertenecía al Reino de León, pero en la práctica, Castilla funcionaba con casi plena independencia. ¿Qué une hoy Cataluña a España? Casi nada, sólo el fútbol. La Constitución Española no existe en Cataluña, por eso el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no acata las sentencias del Tribunal Supremo y, hasta se burla de la Constitución, multando a los comercios que rotulen sus carteles en español. Algo así no existe en ningún país democrático. En mi largo caminar por varios países europeos he visto muchos rótulos comerciales en lengua española sin problemas.Si en verdad es cierto lo de su largo caminar, necesitaría repetirlo algunas veces más. Incluso en lo histórico. Semejante discurso propio de la extrema derecha más recalcitrante choca con todos esos libros de los que se enorgullece que sean pequeños best-seller sobre la historia leonesa. Incomprensible bajo cualquier otra ideología identitaria. En la leonesista por el contrario es norma general ¿Sería imaginable esta misma columna de un valencianista publicado en Las Provincias?
El manual de instrucciones del leonesismo es tremendamente simple: hablas del Reino de León (o de la Región Leonesa, o del País Leonés, como te guste más), dices cuatro insultos fuertes a Pucela y su alcalde, soflamas contra la junta y listo. El resto no importa: dará igual que critiques el modelo autonómico cuando el máximo discurso sostenido por el leonesismo sea tener una autonomía propia; tampoco pasará nada si antepones sentimientos de pertenencia identitaria a lo leonés en escalas jerárquicas a cada cual más variable. Ni siquiera que seas un supino ignorante pero te permitas la licencia de hablar ex cátedra incluso con libros por medio de historia, culturao sentimientos. No pasa nada de nada, es el leonesismo. Así ha funcionado UPL durante 20 años, que se lo pregunten a De Francisco, Joaquín Otero, Luis Herrero Rubinat, Melchor Moreno, Javier Chamorro ¿hicieron o hacen algo verdaderamente leonesista aparte de cumplir con esos puntos básicos?
Porque sí, existe un leonesismo de conciencia y sentimiento, muy mayoritario en la población leonesa. Flota en el aire cual eter y es quien en verdad inclina balanzas. Para que se convierta en resultados electorales necesita un leonesismo sociológico de unión, convencido, con discurso desarrollado y elaborado, sin altibajos emocionales, con ideas sin complejos. En Galicia el galleguismo cultural ha impregnado casi todas las ramas culturales y es capaz de conectar esa necesidad de presencia política galleguista en todos los ámbitos. Tiene un discurso bastante unificado, sin altibajos, activo y presente en casi todo gesto. Y eso a pesar de tropezar con una sociedad tan conservadora como la gallega. El resultado está ahí, al lado nuestro.
El leonesismo social por contra se ha ido quedando en un reducto de casi amigos y conocidos todos entre sí, de personas que les mueve un sentimiento sano pero que no han sabido ni desarrollarlo ni defenderlo. Mucho del mismo se ha venido circunscribiendo a internet, lo cual agiliza la intercomunicación pero con su lado negativo, y es que oculta el lamentable hecho de que parte significativa del mismo ni siquiera vive dentro del País Leonés, por lo que su poder se reduce todavía más. Para colmo, muchos se deshinflan frente a la presión mediática y social que les hacen creer que lo verdaderamente prioritario para los leoneses es la crisis económica que surge por entre otras razones las autonomías, los nacionalismos y las defensas identitarias ¡fíjate tú! ante tal presión son ya demasiados los que pinchan y no pueden seguir el camino. A otros la crisis ha servido para quitarles la careta y demostrar que están en ello por puro acto de rebeldía cual mozalbete con pelos largos y camisetas anti sistema.
El leonesismo social no es culpable del fracaso del leonesismo político, tan solo es un eslabón muy importante perdido de la larga cadena de factores. Deberá empezar a recapacitar qué es lo que en verdad le mueve y bajo qué argumentos. Pero por encima de todo, entender que si son verdaderamente leonesistas es solo y exclusivamente lo leonés lo que debe de moverles. Otros han tenido demasiados amores, no solo los monetarios, sino ideológicos, mariposeando cual libélula sobre un río en el verano, y su final ha sido el que todos sabemos. Ser leonesistas, leoneses por encima de todo o...ser como los demás.