sábado, 17 de noviembre de 2018

Manifiéstate, que algo queda. O no.

En el leonesismo social, y ya es la enésima vez que lo decimos aquí, las visiones se están dispersando de tal manera que, si alguna vez hubo un consenso de objetivo final (la autonomía leonesa) este objetivo desde luego que está muy disperso y muy lejos de ser alcanzable solo por la presión de este colectivo. Este blog puede aplaudir unas decisiones, pero también puede criticar otras, porque para desgracia de algunos, este pequeño rincón cibernético tiene sus propios criterios, igualmente compartibles o no. Decimos todo esto por los recientes acontecimientos sucedidos dentro del leonesismo y de la reivindicación social acerca de la situación socioeconómica que vive León. Atención. León, no el País Leonés, la Región Leonesa...no. León, la provincia. Y si se nos apura, la capital de la provincia ¿Comenzamos? Advertimos que esta entrada será del desagrado de bastante gente.

NO SIEMPRE MANIFESTARSE ES LA MEJOR OPCIÓN
De nuevo a alguien se le ha ocurrido que lo que tiene que hacer el leonesismo es salir a manifestarse. ¿Razones? obvias y a montones, cantidades casi infinitas hay para hacerlo. Pero ¿Es lo mejor? En tal planteamiento recordemos que ya en la penúltima manifestación celebrada en Zamora se cuestionó la idoneidad de hacer una manifestación. E insistimos que no fueron los motivos, que todo el mundo comparte, sino el hecho en sí como respuesta a ello, por el coste económico y sobre todo moral que conlleva para la organización.
Así lo estimaron los organizadores, de nuevo el Colectivo de Ciudadanos del Reino de León, que motivos sobraban, como se plasman en las palabras clave a la cabeza del cartel que aquí mostramos. El resultado en cuanto a asistentes, lo previsible. Apenas un centenar de personas, cifra bastante más baja que la anterior manifestación del 9 de mayo de 2016 en donde se alcanzaron los más de 300 asistentes. Aquí, insistir en otro mantra que repetimos en este blog hasta el cansancio: toda manifestación, si no cuenta con el respaldo social y político amplio, y con un mensaje único, se queda en una muestra exterior de la fuerza del movimiento convocante. El resultado, unas 200 personas menos asistiendo al evento. Incluso a pesar de fletar un autobús, ni siquiera se cubrían la mitad de las plazas.
Cabecera de la manifestación del 2016.
Vista casi general de la manifestación del pasado 20 de octubre de 2018.

¿Por qué de este desinfle de asistentes? Ya se conocen de sobra:
1. Convocatoria: se hizo deprisa y sin planificación. La gigantesca mayoría de personas se enteraron apenas 10 días antes (ni siquiera), no permitiendo a muchos asistir por motivos laborales.
2. Convocantes: no se pueden hacer estas cosas de modo unilateral. Guisarlo y comerlo solo no es buena receta ante un plato tan complejo.
3. Agotamiento: recordemos de nuevo la manifestación de Zamora. El agotamiento físico y espiritual que conllevó, hizo que manifestaciones futuras generaran cierta distancia. Y esa lección, perfectamente expuesta en este blog en su entrada correspondiente (ver aquí) no se ha aprendido correctamente.

Con todo, cualquier persona entendería que algo se ha hecho mal, e intentaría no repetir el experimento. Pero para otros, la culpa la tienen fulano y mengano que hicieron campaña en contra (hasta donde sabemos nadie hizo cosa así) y que al final hay que "seguir saliendo a la calle", "que nos vean", "hay que seguir luchando", etc etc etc. Y tuvieron otra oportunidad más.

ESTOS NO SE MANIFIESTARON POR LEON. QUE NO.
A fecha de hoy, no hay ni un solo sindicato que diga claramente que quiere la autonomía leonesa. No, ninguno de los dos sindicatos mayoritarios, UGT o CCOO, ni sus secretarios generales, Xosepe Vega o Enrique Reguero, piden abiertamente la autonomía. El primero, del que ya hemos expuesto con suficiente amplitud su biografía y su falso leonesismo, ha jugado a tantas cartas y con tantas caras, que solo puede engañar a los muy inocentes o a los muy ciegos. El segundo ni siquiera puede alegar un ligero sentimiento leonesista, sino un sentimiento de que algo no va bien en León, el León provincial, el León capitalino. No el León berciano, no el León de la minería...por supuestísimo no el León del campo o el de la montaña porque ni uno ni otro sindicato rascan bola en esos sectores. Sí, hablan con sindicatos agrarios y les convencen de lo que les da la gana, pero su implicación no pasa de ahí.

Han dicho en varias entrevistas que si la comunidad no da encaje a lo leonés, que si no se hacen bien las cosas desde la junta, que se pierde empleo...pero la pregunta clave es ¿Usted, como secretario general de su sindicato, apoya explícitamente la autonomía del País Leonés? El término País Leonés es fundamental. No espere nadie que ni uno ni otro lo utilicen, es contrario a su ideario.
Decían que quieren convocar una gran manifestación por el futuro "de la provincia de León". Se nos ha vendido la historia como que es una protesta por las políticas de la junta, e incluso dejado entrever que la raíz es la falta de autonomía leonesa. FALSO.

Baste leer la entrevista hecha por ambos responsables en ileon.com, para darse cuenta que su intención va mucho más allá y que León importa muy poco en la ya clásica carrera personal y política que emprenden nuestros máximos representantes sociales y políticos que comienzan en lo más bajo y acaban en los despachos madrileños. Tomemos nota de frases que, en una entrevista larga no se conectan bien, pero expuestas de seguido delatan otras intenciones (el siguiente texto une declaraciones de ambos líderes sindicales):
 Hay que pensar en las nueve provincias de la Comunidad, nos gustará más o nos gustará menos, en el desarrolo de las nueve (...)  Una organización sindical no es la clave para todo, ni es la que tiene que solucionarlo todo, tiene que contribuir a las soluciones pero ojalá tuvieramos la solución de todo en nuestras manos (...) Todavía sigue habiendo mucha persecución sindical, mucha dificultad para implantarse en las empresas, sobre todo en las microempresas, las que más abundan en León (...) La vía, tanto UGT y CCOO de León, la tenemos clara. Vivimos en un sistema territorial mal diseñado, que para nada contribuye a la solidaridad interterritorial. (...)  Xosepe Vega (CC.OO.): Hay que poner a León en el mapa y que los leoneses nos hagamos valer, que no demos por supuesto que estamos satisfechos cuando no lo estamos, no es solo por el futuro de León, es un bien por el conjunto de España (...) entendemos que hay que dar el paso y hablar en positivo del sistema territorial. Yo apostaría por un estado federal donde hubiera competencias estatales y una igualdad en ciertos ámbito.
Y si esa entrevista, pasada de puntillas y que casi nadie ha sabido interpretar correctamente, no era suficiente, nos regalan otra gran entrevista en La Crónica donde aclaran que la cosa no es luchar por la economía leonesa sino "por el 15N". Literalmente, así como suena, sin tapujos, un nuevo movimiento a imitación del 15M donde solo se cambia una letra y donde como hemos visto, el cambio no afectaría a León ni a su concepción territorial dentro del marco autonómico, sino a una revisión del estado español. Hecho este corroborado todavía más con una tribuna publicada en ileon donde se mezclan demasiados asuntos inconexos que no son más que batiburrillo de ideas. Ahí es nada.

LA IZQUIERDA, CON LA MANIFESTACIÓN ¿SOSPECHOSO?
Por supuesto, se ha unido Izquierda Unida, partido conocido por todos los leonesistas como el máximo impulsor de la fiesta de Villalar y opositor radical a todo movimiento leonesista. Y por eso se suma Podemos, otro partido que se ha opuesto en sucesivas ocasiones a una hipotética autonomía leonesa alegando el clásico discurso de la izquierda, que todo se limita a un maltrato por parte del gobierno, que es del PP, y que con ellos todo irá mejor ¿O acaso se nos ha olvidado? Refresquemos la memoria:
"Ahora no queremos una Castilla y león por separado sino al contrario, una Castilla y León unida, fuerte, equilibrada entre provincias, desde donde lideremos el cambio y revirtamos 30 años de políticas de la peor casta posible".
Recordemos que ambas formaciones votaron en varias ocasiones contra los planes mineros, que han dicho que hay que dar alternativas sostenibles al carbón, y que no mueven un dedo al comprobar el cierre de las térmicas y que no se plantee ni una sola alternativa laboral al respecto. Pero salen a la calle pidiendo un futuro. Quizás se deba a que hay unas elecciones en 2019 y que hay que sumar votos al precio que sea. La política al final iguala en modos y maneras a todos.

¿Y LOS DEMÁS? CADA UNO A SU ROLLO
A la manifestación se sumaron organizaciones de más o menos calado, algunas de trayectoria desconocida pero que suenan bien en un titular. La prensa, mejor dicho, los organizadores sindicales, contabilizaron nada menos que 40 organizaciones, la gran mayoría de relevancia muy pobre o nula. Por supuesto, cómo no, se sumó UPL. Y para demostrar que es más que nadie, no solo dice que se suma a la protesta, sino que hace suyo todo mensaje de protesta. Y ya. El simplismo elevado a la enésima potencia lidera la ideología del que otrora fue el partido tocacojones a la junta y la única esperanza para decenas de miles de leoneses. Lo hace "incondicionalmente".

Ahora llegamos al clásico momento surrealista de la realidad leonesa ¿Quiénes más sumaron? El PP, sin muchas explicaciones dijo que se sumaba en unas declaraciones donde nada quedaba claro salvo que había un problema y que la junta, cómo no, estaba ahí para solucionarlo, porque todo era "culpa de los vaivenes políticos del gobierno socialista", el cual lleva 5 meses en el poder. Nada de autocrítica tras décadas ininterrumpidas de gobierno popular con sus políticas centralistas y anti leonesas.

Igual algo de razón tienen los del PP, porque el PSOE, curiosamente, se sumó pero en silencio, es decir, sin declaración oficial alguna. Cruda posición tenía, son gobierno en Madrid pero a la vez oposición en Valladolid. Cualquier movimiento, cualquier palabra, cualquier gesto podría pasar una factura muy cara. Recordemos de nuevo: elecciones 2019. Punto.

¿Y quién no se sumó? Ciudadanos. Analizar la ideología de este partido es harto complicado.

Finalmente no podemos obviar a Diario de León, un periódico igual de cómplice de la situación que vivimos los leoneses por sus constantes apoyos a toda política que fuera consolidar el marco autonómico, destruir el leonesismo como fuera y fomentar a todos los partidos que tuvieran esa visión, en función del interés de su dueño, Ulibarri. Hay que tener unos cojones de caballo para que una periodista, Ana Gaitero, salga a leer un manifiesto junto a dos sindicalistas que dicen salir a manifestarse entre otras cosas por la corrupción de la trama Enredadera. Trama de corrupción que ha llevado a la cárcel precisamente al dueño de su periódico, José Luis Ulibarri. Cojonazos de campeonato.
Pero no. Como a todos los demás, el mensaje final no era relevante ¿Qué mejor que posicionarse a favor de algo que se suponía de partida que iba a ser el no va más de las protestas leonesas? Más lectores, más reenvíos, retuiteos, etc. más dinero por publicidad. Diario de León llegó a vender 50.000 ejemplares diarios. Hoy apenas llega a los 3.000 ejemplares, de los cuales casi un tercio son ventas en administraciones públicas diversas.

Así que, como vemos, la suma de fuerzas no es sino una suma de intereses particulares y partidistas muy, pero que muy ajenos, a la defensa de León, ni como provincia ni como identidad. Ni qué decir en lo económico. Cada uno se ha ido arrimando el ascua a su sardina para vender a posteriori un discurso propio ¿Vemos o no vemos el mar de fondo?

EL LEONESISMO SOCIAL, SUMADO PERO DIVIDIDO
El problema, y aquí es donde se nota no solo la división sino también que algo nuevo se está fraguando, es el cuestionamiento por parte del leonesismo social de la idoneidad de la manifestación. A medida que las declaraciones de los líderes sindicales aumentaban en profusión, se apreciaba que la cosa no era como se creía. Lo que parecía venderse como un acusatorio hacia la junta y al estado central basado en la falta de autonomía, fue derivando en un desvele muy lento de las verdaderas intenciones.
Días previos a la manifestación, una rueda de prensa en el Hotel Las Infantas, con la presencia de varios colectivos leonesistas, quiso dar carpetazo a una debate que en verdad tan solo comenzaba y no parará. Los colectivos aducían que la manifestación, para ellos, además de para denunciar la situación leonesa, era para reclamar por lo que luchaban que era la autonomía leonesa. El colectivo CCRL incluso envió una comunicación aclarando que era por el conjunto del Reino de León y no solo de la provincia. La intención, como era evidente, no era hacer seguidismo a las directrices de los sindicatos, sino remarcar que otros leoneses apuestan como solución una autonomía negada precisamente por quienes encabezarán y liderarán la marcha. Aún así las voces que cuestionaban la idoneidad de ser partícipes de la misma fueron ganando adeptos día tras día tras la lectura de las diversas declaraciones de los dirigentes sindicales.

El debate siguió, con más virulencia todavía. Algunos proclives a participar llegaron a acusar de un "complot", descalificando el rechazo por esencialista y búsqueda de purismos en vez de buscar suma de voluntades. Por la otra parte se alegaba que aquí se estaba engañando a la gente, que los mismos que nos han metido en donde estamos quieren ser sus salvaguardas, y que la cuestión autonómica estaba muy lejos del discurso de esa manifestación. Preguntas retóricas, acusaciones, reflexiones innecesarias...una amalgama de ideas flotando en el ambiente que a lo único que condujeron fue a enrarecer un ambiente ya de por sí demasiado cargado. Incluso algunos, y no pocos, llegaron a afirmar con esa dosis de testiculina típica de redes sociales, que si había alguna bandera que pusiera "Castilla y León" se marcharían. Pues...
Quien fuera a la marcha comprobaría claramente que aquello era una manifestación por un futuro mejor pero indefinido en cuanto al modo y manera de hacerlo: desde rechazos a pantanos, pasando por pensiones, mejoras sanitarias, reclamaciones locales, cierres de empresas...cada uno salió por lo que quería o le importaba. Todos aprovecharon la corriente para remolcarse y vender sus mensajes. Y el tema de la autonomía brilló por su ausencia.

El punto a la i lo puso Luis Mariano Santos. Que el actual procurador de UPL en las Cortes de la comunidad ponga un mensaje así, nos dice que el debate ha sido muy pero que muy caliente. No perdamos nota del texto puesto en facebook, merece la pena leerlo varias veces:
Veréis sin ánimo de polémica, no os imagináis como respeto todo lo que cada uno expresáis en relación a la manifestación de ayer, es más seguro q todos tenéis parte de razón en vuestras reflexiones. Pero mirar también quiero deciros, que la de ayer no fue la mejor puesta en escena que yo recuerde, seguro que muchos se aprovecharon, seguro que no todos lo hicieron de corazón.
Y que más da!!!, yo fui porque esta provincia, porque está Región lo necesita y porque no comparto el marco territorial autonómico en el que vivo...Pero por encima de todo, porque quiero seguir viviendo de forma digna aquí, no se si fue un acierto o una equivocación, el tiempo dirá.
Ah y sí, si era contra las políticas de Valladolid y de Madrid, contra los 35 años de autonomía y contra la izqda y contra la derecha, cada uno elige el motivo para echarse a la calle y el mío era ese...
 Bien poco se enteró el procurador de qué iba de verdad la marcha. Como se entere igual de todo, aviados estamos.

¿Y EL RESULTADO? UN FRACASO
Sí, un fracaso. Es un fracaso desde el primer momento en que una sociedad necesita salir a la calle a pedir una solución cuando la clase política conoce el problema perfectamente y son cómplices todos, absolutamente todos los partidos españoles, de la izquierda o de la derecha (en eso damos la razón a Luis Mariano Sanots). El siguiente signo de fracaso de una manifestación es que los asistentes pasen olímpicamente de la lectura del comunicado final, y así sucedió el 15 de noviembre. Cualquiera que se paseara por San Marcos vería que se llegaba a la plaza (algunos incluso la bordearon) y se marchaban a sus casas ¿Qué sentido tiene entonces todo aquello? La respuesta es, como dijimos antes, que cada uno en verdad salió por lo suyo y no porque esos sindicatos lo organizaran.

Las cifras de manifestantes, aunque suenen grandes, son pobrísimas. La manifestación por la autonomía leonesa de 1984 congregó a casi 100.000 personas, uno de cada 6 leoneses de la provincia de León estaba allí. Resultado cero. Marcha Negra en Villablino, 10.000 personas para una comarca de 15.000. Resultado cero. En esta por el futuro de la provincia de León dicen que hubo 15.000 personas (este blog, asistente, puede decir que fueron menos). Resultado muy previsible, y viendo la amalgama de ideologías y dispersión de objetivos, cero. Y recordemos también que en todas, absolutamente en todas, hubo declaraciones, políticos y presencia de organizaciones de todo espectro.
Ante una mezcla tan grande de intereses, opiniones e incluso filias y fobias, cualquier político y estadista sabe que el resultado final es que todo seguirá igual, porque el sindicalista de CC.OO. seguirá saliendo a las protestas con banderas que ponen "Castilla y León", aunque en otros lugares abrace las ideas incluso independentistas. El de UGT hará lo mismo. Y ambos sindicatos dirán que no se hace nada mientras siguen siendo cómplices activos y/o pasivos de las decisiones que se toman desde Valladolid o Madrid. El votante tradicional del PP verá que todo es culpa del PSOE que fue quien ordenó cerrar la minería del carbón, argumento que intenta solo reafirmar su ideología y no ver otras cosas. El del PSOE que el PP es pura corrupción, con igual motivación subyacente que el anterior. Lo mismo podemos decir del resto de formaciones y corrientes ideológicas ¿Cambios? Los clásicos vuelcos electorales pero nada más. En Laciana la Marcha Negra solo valió para introducir al PP en una zona otrora imposible para un partido de derechas. La manifestación por la autonomía leonesa consolidó al entonces AP (predecesor del PP) como fuerza hegemónica leonesa. Tomen cualquier manifestación que quieran y apreciarán similares resultados. No hay ni un solo cambio, solo consolidación de lo existente o como mucho vuelcos electorales entre "guatemala" o "guatepeor".

Y LO DE LA AUTONOMÍA NO SE CONTEMPLÓ NI DE MUY LEJOS
El discurso de la izquierda para el País Leonés es simple: los problemas de los leoneses son solo y exclusivamente fruto del capitalismo, son los mismos males que tiene Asturias aunque es comunidad autónoma propia, o los que tiene Soria, Teruel o el oriente gallego. Y eso es lo que dijeron machaconamente ambos líderes sindicales. Solo que aquí, decir eso en crudo invita a no salir a los colectivos leonesistas. El manifiesto, mejor dicho, los manifiestos leidos en San Marcos dejaban a la luz todas las dejaciones y problemas que tiene la sociedad leonesa. Pero en vez de culpar a unas políticas centralizadoras desde Valladolid y Madrid, la culpa era...del capitalismo. No es nuevo, IU de León lo ha sostenido por décadas, ha acusado al leonesismo de movimiento burgués, de derechona, de todo descalificativo imaginable. Aunque en Cataluña o Euskadi no lo es ¡Qué curioso!
 
Estas palabas no se oyeron tal cual en los manifiestos lanzados allí. Porque es muy crudo, porque queda muy de comunistas, de la extrema izquierda, y eso no convence al conjunto leonés. Repetimos para que quede bien bien claro: TODO, ABSOLUTAMENTE TODO consistía en crear un nuevo concepto de estado, federal, una especie de revolución que nazca en León, donde la identidad leonesa es algo secundario.
 
Si alguien no lo tiene todavía meridianamente claro, Antonio Gamoneda, que leyó uno de los manifiestos, lo explica mucho mejor. Vean y disfruten de sus palabras. En especial a partir del minuto 13:
 
No, no es el pensamiento solo de Gamoneda. Es el pensamiento generalizado de gran parte de la sociedad leonesa, y que se empieza a instaurar en el leonesismo. Las autonomías son un fracaso. Y ese ha sido el gran triunfo propagandístico de la Junta de Castilla y León: hacernos creer a casi todos los leoneses que nuestros problemas no son solo nuestros, que miremos a Soria, a Ávila, a otros lugares, y veamos que también sufren por igual siendo castellanos. A nivel estatal, que miremos a Asturias, a Lugo, a Teruel, a Extremadura...¿Y de verdad está cuajando este discurso? ¿Pero tan corta de vistas es la sociedad leonesa? Parece que sí. Ciega completa. Preguntemos a un lucense si quiere que desaparezca la comunidad gallega y ser gobernados desde Madrid. Preguntemos a un asturiano, a un extremeño ¿A que la respuesta es no?
 
¿Y EL DEBATE LEONESISTA?
Hemos señalado muchas veces que existe un división del leonesismo, si bien esa división ya no es por personas o corrientes, sino por algo mucho más importante. No es visible en perfil alguno, ni siquiera en conversaciones cortas con los implicados; se intuye pero no se ve. El verdadero debate se está fraguando casi todos los días con detalles mínimos.
Fijémonos de nuevo en la foto donde los colectivos leonesistas mostraban su apoyo a la manifestación ¿Vemos los carteles amarillos? ¿Cómo justificar que la cosa es por el futuro del País Leonés cuando incluso en la propia rueda de prensa leonesista se muestran en la mesa los carteles de los sindicatos defendiendo el futuro provincial? Esta pregunta se empezaron a formular muchos, incluso alguna organización allí sentada que aclaró que era por todo el Reino de León. Pero se antepuso el hecho de salir  a manifestarse para ganar visibilidad que centrarse en esos detalles simbólicos e ideológicos. Es más, la contrarréplica fue la clásica alusión a "purismos", "esencialismos"...No deja de ser gracioso, muy hipócrita y tremendamente significativo que en 2014, cuando UPL organizó una manifestación para conmemorar la de 1984, todos los leonesistas dijeron que acudían pero que se mostraban disconformes con la trayectoria de UPL hasta la fecha. Tal disconformidad se mostró incluso en la propia manifestación donde muchos desfilaron por grupillos de afines y amigos ¿Lo recordamos? Revisen la entrada sobre el tema. Todo el mundo tiene sus "purismos" y sus "esencialismos":
La división de peso dentro del seno del leonesismo social, es de algo tan importante como clave para entender el presente y en especial su futuro: el marco territorial. Decir que Zamora o Salamanca son provincias del País Leonés es para algunos (cada vez más numerosos) un grandísimo esfuerzo intelectual, casi imposible. En mensajes donde se mezcla lo ideológico con lo genérico y lo muy personal, se dice que la movilización leonesista se capitaliza en León pero es insignificante en las demás provincias, que no se aprecian gentes ni movimientos, ni siquiera colectivos. Que los pocos que hay son de "gentes de León" (sic), e incluso se desarrolla un discurso identitario uniendo hechos históricos como un Real Adelantamiento con otros de repartos geográficos de Javier de Burgos junto a toda suerte de parafernalias dialécticas que, convenientemente mezcladas, igual hasta cuadran.
Comienza a cundir el pensamiento de que para lograr la autonomía hay que centrarse solo en la provincia de León. El desánimo asistido en las últimas manifestaciones celebradas en Benavente, Zamora y Salamanca ha imprimido la sensación de que por allí no hay nada que rascar. Se plantea un pacto a la irlandesa, donde se renuncia a una parte sustancial del territorio a cambio de la independencia. Quienes conozcan la historia o tengan interés en ella, sabrán cómo sucedió y por qué, y también sus consecuencias.

EPÍLOGO
Advertíamos que esta entrada iba a levnatar muchas ampollas y herir un montón de susceptibilidades. Los hechos son así. Estamos completamente convencidos de que hubo quien lo hizo por bien, otros por puro seguidismo y otros con un peso ideológico mayor que el leonesismo que les "obligó" a ir. Por eso hubo quien abrazó incondicionalmente la manifestación, otros pusieron sus peros y otros directamente la rechazaron. Porque, y siguiendo el símil de la isla, para unos es renunciable Irlanda del Norte, para otros es negociable y para otros es parte integradora e innegociable de Irlanda. Buceando en el fondo esa es la clave de todo. Entenderlo o no es algo a resolver por cada uno.