Dijimos en este blog miles de veces que en UPL, y mucho antes de celebrarse las últimas elecciones, se caminaba al abismo y que había muchos frentes internos que saltarían públicamente tras los comicios. Los que aquí hemos bautizado como "rebeldes", esa gente que da la cara y dicen que de leonesista UPL no tiene ya nada, son un minúsculo grupo frente a lo que queda por detrás. Ni siquiera son preocupantes los de Conceyu Xoven (o no tan xoven), no tanto por como algunos quieran ver su desaparición, sino porque ahora mismo están con otras miras. Hay más grupos y comienzan a verse.
Pero repasemos un poco el escenario que nos ha dado lo que tenemos como la UPL actual.
Lázaro García Bayón contrata como secretario o seudo asistente a
Miguel Ángel Lozano González, el alcalde de Matadeón de los Oteros, que junto a
Valentín Fernández Soto serán los hombres de confianza del entonces alcalde de Villaquilambre. Era la recompensa a pagar por la traición realizada contra Rubinat para ser diputado provincial hace cuatro años. El sr. Lozano, el alcalde de un pueblo insignificante en población, por contra controla bastantes votos del partido judicial, concretamente de la zona sur del mismo. A su vez mantiene a a Fdez. Soto en el cargo anterior, un hombre hambriento en el más amplio sentido de la palabra.
Chamorro por su parte se consolida como líder inapelable de una UPL monolítica, pero con el precio de tener que pactar con el ex alcalde de Villquilambre para que no fueran rivales a secretaría general. Con ello tanto el entonces vicealcalde de León como el alcalde de Villaquilambre se crearon unos pequeños muros de seguridad por si venían mal dadas: Chamorro compraba el voto de Bayón y lo que movía alrededor, y Bayón compraba las voluntades del alcalde de Matadeón y del que siempre ha sido el secretario en la diputación y por lo tanto maneja todos los contactos de los candidatos, concejales y alcaldes de los pueblos de León y muy especialmente del partido judicial de León.
2011.
Varapalo electoral que no se esperaban. No por los resultados negativos del partido que ya se sabían, sino
porque el PP alcanza mayoría absoluta en León y relativa en Villaquilambre, los dos pilares sobre los que se iba a sostener el futuro económico upeliano. Así que quedan solo dos cosas que darán dinero a la formación: el procurador en las cortes, un hombre cautivo de su bolsillo y sus pocas ganas de trabajar en serio (al tiempo...), y el de diputado provincial. Sin dedicación exclusiva y sin más ingresos que concejal raso, a Chamorro se le pasó por la cabeza ser el diputado. Él lo negará, pero este blog sabe de buena mano de cierta conversación con algunos de sus íntimos allegados donde entre bromas y no bromas lanzó ese globo sonda para ver cómo se reaccionaba. Tal idea era muy desafortunada pues no solo enfangaba más su imagen sino que además tendría en su contra a Bayón y su círculo, aparte de una Gema Cabezas que no sabe ya ni qué hacer con tan pocos ingresos.
Por ello la estrategia fue simple: Chamorro se apresuró a acallar rumores sobre esa candidatura y lanzó a Bayón como hombre de confianza "de la dirección", aspecto este último importante pues implicaba que el partido
oficialmente tenía un candidato y era el ex alcalde de Villaquilambre. Bayón tranquilo, todo bajo cuerda ¿o no?
El partido judicial de León cuenta con, digámoslo así, cuatro frentes ideológicos. El primero y más evidente es de los oficialistas o chamorristas, concentrados alrededor del ayuntamiento leonés y poco más. El segundo son el grupo de los "bayonianos", también con cierto número de representantes. El tercero es el clan de los "oterinos", grupo compuesto por alcaldes y concejales de la comarca de los Oteros, entre ellos
Miguel Ángel Lozano y
José Antonio Santamarta, siempre han jugado al oficialismo, pero en el fondo mirando hacia su interior. El cuarto, el desequilibrante, es de los independientes, sin comillas y sin connotaciones de ningún tipo, gente que está en UPL por leonesismo aunque no le agraden ciertas decisiones.
José Antonio Santamarta, actual secretario de agricultura de UPL, se lanza, oficialmente, como alternativa y como ejemplo de pluralidad de ideas en el partido.
Hasta aquí la versión que se puede ver.
Ahora juguemos a las hipótesis. No vamos a afirmar ni negar nada. Supongamos que Santamarta tenga como gran amigo y estrecho colaborador a Lozano, el todavía secretario en funciones en diputación. Si Santamarta es miembro de la ejecutiva, si es allegado personal de Chamorro y muy introducido en la directiva, pero se presenta como alternativa al candidato de la directiva y encima es aplaudido por Chamorro ¿qué es lo que pasa?
Como seguimos jugando a las hipótesis vamos a probar una muy concreta: supongamos que Chamorro simplemente quiere quitarse de en medio y como sea a Bayón. Sí, como suena, y para ello no va a desdeñar esfuerzos. Pero para quitarse a un peso pesado de la política antes habría que medir fuerzas.
Lo mejor es lanzar un globo sonda, un kamikaze que no le importe ser el cabeza de turco y pasar la humillación de perder una votación por su líder. José Antonio Santamarta contaba con los votos de casi la mitad del partido judicial, es decir, los de los chamorristas y los oterinos. El resto era una incógnita ¿cuántos son independientes? ¿Cuántos de Bayón? "
Hagamos una votación secreta y veamos cómo se equilibran las fuerzas", pensaría Chamorro en este caso. No tendría nada que perder, tanto a uno como a otro los tiene bien cogidos, y a efectos prácticos para lo que hizo, hace y hará UPL en diputación hasta una figura de mármol cumpliría el objetivo. Ojo, todo lo anterior es un supuesto ¿de acuerdo?
Cinco votos, dos abstenciones y un voto nulo fueron los que marcaron la diferencia. Dos votos en blanco de dos concejales de cierto ayuntamiento del alfoz leonés que prefirieron acudir sin más estridencias, un voto nulo de un concejal que quiere que se retome el leonesismo, y doce que prefirieron ni siquiera ir a votar. Siguiendo el supuesto anterior el ejercicio de carambolas salió de jugada maestra. Tras la votación todo sonrisas y caras de circunstancias donde el único que podía estar tranquilo era el procurador Chamorro. Y por supuesto la tranquilidad de Miguel Ángel Lozano, que ocurriera lo que ocurriera seguiría en su pequeño puesto en diputación para seguir cobrando 2.200 euros al mes.
Una imagen que ahorra mil palabras (leonoticias.com)
Así que quizás, solo quizás, la "noche de la democracia" no fuera sino la noche de los puñales rotos, donde unos y otros los afilaron para al final a la hora de clavarla tuvieran que mellarlos y dejarlos inútiles. Aunque siempre a la espera de un próximo asalto.
Dijimos al inicio que había otros grupos en el partido. Tres los acabamos de ver: chamorristas, bayonianos y oterinos. Nos quedan los de San Andrés, un subgrupo bicefálico con Juan Manuel Arias como visible pero con
Carlos Saldaña Fidalgo como máximo cabecilla, grupillo que busca siempre su sustento personal resguardándose bajo la sombra que más refresca en todas las ocasiones (véanse por ejemplo las última negociaciones con el PP para coger cacho en comisiones). Otro grupillo son los seguidores de Gema Cabezas, los "cabezones", que ha colocado muy en callado a un grupillo de seudoleonesistas vinculados a profesiones liberales cuyo nexo de unión es el interés comercial. Pocos pero "con planta". La tontería, pongamos por caso, de impedir que
López Sendino fuera el número dos por el ayuntamiento de León.
En este juego de equilibrios Chamorro es la balanza. "Chamorristas" mandan oficialmente en el partido, los "lazarianos" quieren seguir manteniendo su control sobre el filón económico que es diputación y todo lo que implica laboral y económicamente. Los de San Andrés prefieren seguir al líder que más fuerza tenga en el momento, algo así como los mercenarios de la política. Y los "cabezones" están al agua que más baila y por ahora prefieren mantener una imagen de apoyo y unidad al líder. Los "oterinos" y "los de San Andrés" están en un doble juego que pasará factura no tardando mucho. Así que ¿quién es el factor desestabilizante?
Pues los que no están en ninguno de ellos. Y de nuevo advertimos, no son pocos y se están uniendo. No se mostrarán ni hoy ni mañana ¿quiénes son? una pista: tienen concejales y dos alcaldes. Para la próxima más.
En estos momentos, y más que nunca, la alternativa al leonesismo del interés y del bolsillo deberá estar más unido que nunca. La cuestión radica en qué modo y bajo qué siglas.