Las voces críticas contra UPL no paran de crecer. Realmente es que el votante leonesista ya le importa un pimiento lo que se diga desde esta formación. No tanto lo que sucede internamente que es cuestión que muchos quisieran abordar pero nadie da el primer paso. Por ahora...
Que UPL ha dejado de ser un partido leonesista de referencia es evidente para todo el mundo, y los resultados obtenidos demuestran que en el mejor de los casos el voto es personal y no ideológico, incluído el del procurador actual, persona a la que se ha tenido cierto respeto dentro del mundillo leonesista. León ciudad mantiene porque todavía flota ese pensamiento de que si desaparece UPL lo leonés se queda sin voz. En este punto cabe la reflexión ¿acaso hubo avances con UPL gobernando? ¿notan ustedes más reivindicaciones que nunca con UPL en Valladoldid? ni siquiera algunas intervenciones destacables del archivero universitario e historiador llegan al común dado que la prensa de la cero repercusión ¿fallo del gabinete de prensa upeliano o conspiración de los medios? mezcla de los dos. Ni el gabinete de prensa está por la labor de mantener a los que están, dado que ahora cobra la mitad del sueldo que antes, ni la prensa está por dar pábilo a algo moribundo.
Pero hubo un momento clave en que UPL pasó de ser algo reivindicativo a ser un zombi ideológico. Fue precisamente éste, en 2007, cuando todas las comunidades iniciaban un proceso de reforma estatutaria siguiendo el ejemplo catalán:
Hace cosa de cinco años, la Unión del Pueblo Leonés, con mejor salud representativa que la actual, y rodeado de cierto boato y dispendio al estilo heredado del predecesor De Francisco, propuso una reforma del estatuto de autonomía que en su momento pareció hasta buena pero que si se mira con la cabeza muy fría y el corazón también no deja de decir de un modo sutil lo que deseaban sus redactores: nada. Todo perfectamente maquetado y editado en un práctico librillo con la portada que vemos. Llama la atención lo de "un camino constitucional hacia la autonomía leonesa" ¿hay algo más anticonstitucional que la actual comunidad?
Porque básicamente el texto que alberga en su interior es ni más ni menos que añadir reformas y contratextos o añadiduras al texto principal previamente pactado entre PP y PSOE como reforma del estatuto de atuonomía. Sí, había alguna citación a la singularidad leonesa y pretendía romper el binomio Castilla y León en un orden invertido de León y Castilla. Poco más. Nada que no fuera perfectamente asumible por cualquiera porque ni siquiera se pedía o se dejaba abierta la posibilidad de una comunidad autónoma leonesa. No, no aparecía por ninguna parte. Era, ni más ni menos, que asumir que lo leonés camina con lo castellano y esperar que cuanto menos la cadena que nos une sea algo más floja.
¿Razones? solo una. Cuando la dirección fue tomada entre Melchor Moreno y Joaquín Otero, dos bercianos de nulo sentimiento leonesista salvo lo superficial, se dio un giro sutil pero radical. Melchor Moreno militó por muchos años en el extinto CDS, formación que pretendía ser algo intermedio entre el socialismo del PSOE y la derecha de AP (la precursora del PP actual), osea, un partido de centro. Y con tal objetivo tomaron las riendas upelianas, en convertir a UPL en la tercera formación política pero no leonesista. La justificación que tenían se basaba en argumentos bastante simples: el leonesismo no es rentable porque no cuenta con sectores económicos que lo apoyen, no da votos porque es una ideología que se puede calificar de nacionalista si no se miden con mucho ojo los pasos a dar y palabras a decir, te encasilla y delimita tu discurso impidiendo tocar otros temas que bien podrían sumar votos al partido (que no a la causa, matiz importante).
Bajo estas premisas el cambio fue lento y progresivo hasta hacer desaparecer el leonesismo por completo. Se comenzó diciendo que había que cambiar formas, así lo dijo en varias ocasiones Joaquín Otero en el mítico congreso de Astorga, y lo aplaudieron todos. Esas formas comenzaban por dejar de un lado la beligerancia mostrada en Valladolid que diera tanta foto de portada, titular fácil y también críticas desde determinados sectores. Pero bien de veces esas formas eran las que mantenían un espíritu vivo de algo que comenzaba a surgir a nivel político.
En segundo lugar se atajaron los discursos: la autonomía no era el único objetivo, había muchas más alternativas y pasos intermedios. Todos ellos pasaban sí o sí por pedir asumir delegaciones y sedes autonómicas. Da igual lo que hagan o si el impacto económico que supusiera su ubicación, había que tenerlas para contrarrestar un poder de facto vallisoletano que no paraba de crecer. No solo la formación upeliana salía constantemente al paso en cuanto había un mínimo rumor de una nueva entidad o sede pidiendo que se estableciera en León (concretamente en la capital de la provincia con dicho nombre) sino que acusaba a la junta de centralismo y exigía una deslocalización de funciones y poderes. Con ello se lograba un titular sencillo, reivindicativo pero no autonomista. Otero, en la noticia que fue la antesala de su despedida lo dijo muy claramente: "voy a modificar el discurso; si queremos un León fuerte necesitamos una Comunidad fuerte". Así se editó en la entrevista en ABC.
El tercer paso era desvincularse de cualquier reclamación que pudiera calificarse de nacionalista, radical o extremista. Y aquí sí que entraba todo lo demás. Lo primerito el tema de la lengua leonesa, que nunca jamás ha practicado UPL en sus 20 años de existencia, y desde luego que ha hecho todo lo posible por no fomentarla, si exceptuamos los casos de Abel Pardo o Enrique Soto (por cierto, ambos retirados de un modo u otro de UPL). La cosa no paraba aquí, a pesar de que la formación se supone leonesista sin más, no se podía transmitir una imagen ni "agresiva" ni "peligrosa". Posiciones moderadas en todo, absolutamente en todo, imagen de supuesto diálogo que en verdad era silencio y complicidad pasiva. Incluso cuando Otero y Castresana fueron expulsados del partido, ambos siguieron con esa línea de servilismo. Ni qué decir de Rubinat que jamás hizo (ni hace) nada leonesista como concejal. Recordemos que Otero justificó tal actitud en que estaba cansado de presentar enmiendas y que ninguna fuera aceptada. Y tenía razón: se le admitieron muchas enmiendas, incluso personales. A cambio, renunciar al "dije" para decir "diego", como en su última declaración como miembro de UPL: es «absurdo» e «irracional» ir en contra de la Comunidad.
En segundo lugar se atajaron los discursos: la autonomía no era el único objetivo, había muchas más alternativas y pasos intermedios. Todos ellos pasaban sí o sí por pedir asumir delegaciones y sedes autonómicas. Da igual lo que hagan o si el impacto económico que supusiera su ubicación, había que tenerlas para contrarrestar un poder de facto vallisoletano que no paraba de crecer. No solo la formación upeliana salía constantemente al paso en cuanto había un mínimo rumor de una nueva entidad o sede pidiendo que se estableciera en León (concretamente en la capital de la provincia con dicho nombre) sino que acusaba a la junta de centralismo y exigía una deslocalización de funciones y poderes. Con ello se lograba un titular sencillo, reivindicativo pero no autonomista. Otero, en la noticia que fue la antesala de su despedida lo dijo muy claramente: "voy a modificar el discurso; si queremos un León fuerte necesitamos una Comunidad fuerte". Así se editó en la entrevista en ABC.
El tercer paso era desvincularse de cualquier reclamación que pudiera calificarse de nacionalista, radical o extremista. Y aquí sí que entraba todo lo demás. Lo primerito el tema de la lengua leonesa, que nunca jamás ha practicado UPL en sus 20 años de existencia, y desde luego que ha hecho todo lo posible por no fomentarla, si exceptuamos los casos de Abel Pardo o Enrique Soto (por cierto, ambos retirados de un modo u otro de UPL). La cosa no paraba aquí, a pesar de que la formación se supone leonesista sin más, no se podía transmitir una imagen ni "agresiva" ni "peligrosa". Posiciones moderadas en todo, absolutamente en todo, imagen de supuesto diálogo que en verdad era silencio y complicidad pasiva. Incluso cuando Otero y Castresana fueron expulsados del partido, ambos siguieron con esa línea de servilismo. Ni qué decir de Rubinat que jamás hizo (ni hace) nada leonesista como concejal. Recordemos que Otero justificó tal actitud en que estaba cansado de presentar enmiendas y que ninguna fuera aceptada. Y tenía razón: se le admitieron muchas enmiendas, incluso personales. A cambio, renunciar al "dije" para decir "diego", como en su última declaración como miembro de UPL: es «absurdo» e «irracional» ir en contra de la Comunidad.
Y así se han ido sucediendo desde entonces. En las filas upelianas ha imperado desde entonces la ley del miedo y el silencio mezclado con abundantes dosis de declaraciones y contradeclaraciones de los mismos que las efectúan. Chamorro en su día dijo no querer saber nada de ser secretario general, al poco se presenta con Moreno. Se dijo que la reforma de estatutos era para hacer más partícipe, democrática y leonesista a UPL, pero los pasos atrás han sido el resultado. Ni siquiera en el plano práctico: el gobierno de coalición PSOE-UPL en el ayuntamiento de León que en el plano leonesista, si no llega a ser por Pardo, se queda en una comparsa de amigos y seguidismo de los socialistas en todos sus disparates. El actual, en poder absoluto del PP, deja a los upelianos sin discursos y sin capacidad de acción. En la capital del Pisuerga lo mismo da tener uno que cien procuradores, al final el balance es siempre el mismo. La última intervención de Valderas es para pedir más subvenciones a los cultivadores de remolacha ¡ojo! de toda la comunidad y asuntos de temas universitarios porque, como siempre decimos aquí, su labor es siempre muy muy muy pero que muy personal.
De muchas cosas fueron acusados Otero, Castresana y Rubinat, como falta de leonesismo, discurso demasiado tibio, y hasta ser algo pro autonomía castellana y otras lindezas que, a modo práctico, son las que ejecuta la actual directiva ¿qué fue de ese Rubinat que decía que con 18 añitos hizo un escrito de anticonstitucionalidad de la comunidad? lo mismo decir de ese Chamorro que se ensalivaba de gusto diciendo lo leonesista que era y lo leal a unas siglas que le han permitido comprarse varias viviendas y algunos otros cargos de procurador judicial en empresas de carácter público ¿dónde queda ese "si los resultados no acompañan, llegado el momento me retiraré"?
Con toda la razón del mundo, el PSOE local de León ha asumido exactamente el mismo ideario práctico de UPL, al milímetro, palabra por palabra y acto por acto. Son tan iguales que es imposible de distinguir cuándo proceden de uno y de otro: el PSOE apuesta por un León fuerte, pide sedes, habla de la lengua leonesa como valor patrimonial, defiende el hecho diferencial leonés pero no pide una autonomía, reniega de la capitalidad de Valladolid y le gustaría que ésta fuera la ciudad de León. Por hacer, hasta acuden a los actos leonesistas como el día de los Héroes Leoneses. Díganme ¿cuál es la diferencia entre una formación y otra? de ello se han dado cuenta muy rápido los del PP, que desde hace 6 años que se han desligado de cualquier tinte leonesista que pudiera haber por medio. El primero de ellos Mario Amilivia ¿se acuerdan de aquellas broncas con el alcalde pucelano? ¿y de esas peticiones de singularidad para lo leonés? tras ser nombrado presidente del Consejo Consultivo (órgano que no vale para nada de nada) dijo al hilo de lo del estatuto :«León en el Estatuto queda como tenía que quedar, como parte de la Comunidad».
La actual dirección upeliana está tan descabezada en todos los sentidos que ya no cuenta ni con apoyos internos. No os engañéis por fotos momentáneas o supuestas reuniones donde están todos los que debieran estar expresando su lealtad al líder. UPL ahora mismo en la práctica es Javier Chamorro y Miguel Ángel Lozano González. No hay nadie más. Uno da la cara y el otro hace de fontanero interno. Lázaro García Bayón practica su particular teatrillo de querer llevarse bien con todo el mundo pero quererse más a sí mismo que nadie, mientras estudia cómo retirarse. Pedro Gallego prefiere centrarse solo en Benavente que el resto le queda muy muy grande, y desde luego que no se le ve mucha personalidad propia ¿no dijo que iba a ser un presidente reivindicativo y luchador por la autonomía? ¿la suya propia? Melchor Moreno mejor que esconda la cabeza bajo tierra de minas porque su pasado es digno de enmarcar, y su presente todavía muy salpicado hasta de asuntos judiciales que en todos los casos le han salido muy rana. El resto, una comparsa a golpe de llamada. Por no tener es que ya no tiene ni siquiera a los mantenidos de UPL como relatamos en otra entrada, que poco a poco van dejando con el culo al aire mediante no asistencia a eventos, no realizar correctamente sus deberes... poco a poco diciendo adiós.
Pretender ser la tercera vía política a lo UPyD, CDS o cualquier otra formación de escasos recorrido ideológico y sí mucha demagogia es la tumba de cualquier partido. No ser leonesista en la práctica y decir que lo eres no da votos, te los quita ¡que se lo pregunten al PSOE! UPL se funda con motivo del leonesismo, no para ser una tercera vía de PP y PSOE o una versión remozada de un centrismo demagógico. No ser nada, lo que es ahora, es el vacío absoluto, y justo aquí, en este punto ideológico, fue cuando UPL ha dejado de ser leonesista. Definitivamente.
De muchas cosas fueron acusados Otero, Castresana y Rubinat, como falta de leonesismo, discurso demasiado tibio, y hasta ser algo pro autonomía castellana y otras lindezas que, a modo práctico, son las que ejecuta la actual directiva ¿qué fue de ese Rubinat que decía que con 18 añitos hizo un escrito de anticonstitucionalidad de la comunidad? lo mismo decir de ese Chamorro que se ensalivaba de gusto diciendo lo leonesista que era y lo leal a unas siglas que le han permitido comprarse varias viviendas y algunos otros cargos de procurador judicial en empresas de carácter público ¿dónde queda ese "si los resultados no acompañan, llegado el momento me retiraré"?
Con toda la razón del mundo, el PSOE local de León ha asumido exactamente el mismo ideario práctico de UPL, al milímetro, palabra por palabra y acto por acto. Son tan iguales que es imposible de distinguir cuándo proceden de uno y de otro: el PSOE apuesta por un León fuerte, pide sedes, habla de la lengua leonesa como valor patrimonial, defiende el hecho diferencial leonés pero no pide una autonomía, reniega de la capitalidad de Valladolid y le gustaría que ésta fuera la ciudad de León. Por hacer, hasta acuden a los actos leonesistas como el día de los Héroes Leoneses. Díganme ¿cuál es la diferencia entre una formación y otra? de ello se han dado cuenta muy rápido los del PP, que desde hace 6 años que se han desligado de cualquier tinte leonesista que pudiera haber por medio. El primero de ellos Mario Amilivia ¿se acuerdan de aquellas broncas con el alcalde pucelano? ¿y de esas peticiones de singularidad para lo leonés? tras ser nombrado presidente del Consejo Consultivo (órgano que no vale para nada de nada) dijo al hilo de lo del estatuto :«León en el Estatuto queda como tenía que quedar, como parte de la Comunidad».
La actual dirección upeliana está tan descabezada en todos los sentidos que ya no cuenta ni con apoyos internos. No os engañéis por fotos momentáneas o supuestas reuniones donde están todos los que debieran estar expresando su lealtad al líder. UPL ahora mismo en la práctica es Javier Chamorro y Miguel Ángel Lozano González. No hay nadie más. Uno da la cara y el otro hace de fontanero interno. Lázaro García Bayón practica su particular teatrillo de querer llevarse bien con todo el mundo pero quererse más a sí mismo que nadie, mientras estudia cómo retirarse. Pedro Gallego prefiere centrarse solo en Benavente que el resto le queda muy muy grande, y desde luego que no se le ve mucha personalidad propia ¿no dijo que iba a ser un presidente reivindicativo y luchador por la autonomía? ¿la suya propia? Melchor Moreno mejor que esconda la cabeza bajo tierra de minas porque su pasado es digno de enmarcar, y su presente todavía muy salpicado hasta de asuntos judiciales que en todos los casos le han salido muy rana. El resto, una comparsa a golpe de llamada. Por no tener es que ya no tiene ni siquiera a los mantenidos de UPL como relatamos en otra entrada, que poco a poco van dejando con el culo al aire mediante no asistencia a eventos, no realizar correctamente sus deberes... poco a poco diciendo adiós.
Pretender ser la tercera vía política a lo UPyD, CDS o cualquier otra formación de escasos recorrido ideológico y sí mucha demagogia es la tumba de cualquier partido. No ser leonesista en la práctica y decir que lo eres no da votos, te los quita ¡que se lo pregunten al PSOE! UPL se funda con motivo del leonesismo, no para ser una tercera vía de PP y PSOE o una versión remozada de un centrismo demagógico. No ser nada, lo que es ahora, es el vacío absoluto, y justo aquí, en este punto ideológico, fue cuando UPL ha dejado de ser leonesista. Definitivamente.
El verano...la calor. Debemos descansar y dejar descansar al personal. Si no teneis mas temas mejor sera cerrar por vacaciones. ¿para que seguir comentando algo que esta muerto? El ultimo que apague la luz y las facturas atrasadas.
ResponderEliminarNo es del todo correcto lo que se dice aquí: UPL ya en su origen no era leonesista. Bien es cierto que mucha camarilla que lo inició lo era, especialmente los diversos grupos y agrupaciones culturales que lo conformaron, pero enseguida todo se aglutinó en torno al pelines. Él mismo se autodefinía como persona que por nacimiento y convicción era leonés, y que lo de leonesista era la expresión de ser leonés. Además los verdaderos allegados que ha tenido tanto en aquella época como ahora eran gentes de nula formación como el difunto Villalón -DEP- que a lo más que llegaba era a hacer populismo callejero mediante la invitación a cafés, puros y juergas nocturnas en el bingo. Sus herederos continuaron su magna obra pero con mayor torpeza interna y externa que el zorro de Vega de Infanzones.
ResponderEliminarDe aquí parte todo lo demás: si desde un principio se hicieran las cosas con un trasfondo ideológico, no se habría caído en algo tan patético como es la upl, ni desde luego hacer el daño que se ha hecho al leonesismo. Pero claro, también hay que ver que upl solo recogía lo que en verdad es el sentimiento mayoritario de los que se dicen leonesistas, ese leonesismo social que en el fondo añoran los tiempos pasados y sufren de complejo de inferioridad al no ser capaces de aglutinar ni hacer nada decente.
En cuanto al comentario de 11:58, también discrepo. es importantísimo analizar y reflexionar muy bien qué leonesismo queremos y cómo. Al día de hoy todas las seudo versiones que han salido han hecho plof. Si alguien cree que porque upl desaparezca la cosa se acaba es que o no es leonesista o tiene menos visión que un topo.
Es la hora de Abel Pardo y el NACIONALISMO LEONES,pero yyyaaaaa!!!!
ResponderEliminarAntes que UPL ya existía un leonesismo ideológico que no triunfo electoralmente: PREPAL, CONLEON, UNLE.
ResponderEliminarLo que triunfaba electoralmente era el populismo de Morano, nada leonesista como se ha visto pero era lo que la gente seguía, de eso salio la UPL de pelines, un sucesor del otro, a pelines le sucede Otero, tan escasamnete leonesista como se ve en el articulo de ABC y a este Chamorro que es tan leonesista que el 1100 Aº del Reino de León lo organiza bajo patrocinio de la Junta, no se ha enterado de nada, bueno si, de como vivir del morro en el ayuntamiento.
Tenemos por tanto un leonesismo ideológico, formado y preparado pero que no triunfa electoralmente o un no-leonesismo populista que si saca votos.
El éxito estará en ¿como hacer que convivan ambos leonesismos?, ya que uno sin otro no sirven de nada: la ideología sin votos no ejerce poder y el poder sin ideología tampoco sirve al leonesismo.
Y desde luego, como cerremos UPL nos quedamos sin nada de nada.
Es de los comentarios más acertados que leído en mucho tiempo. Quizás en su momento las formaciones indicadas o no estaban maduras ideológicamente o no supieron transmitir su mensaje como debieran. El tiempo además ha demostrado que el PREPAL no es ua formación con una ideología claramente definida ni un proyecto concreto.
EliminarQue UPL necesita ser algo populista es incuestionable, pero como bien señalas sin perder la ideología que la creó. Dudo que esa combinación la sepan hacer quienes ahora están en la cumbre. Necesitamos recuperar UPL y que retome el rumbo, con limpieza desde sus bases.
El populismo final se acerca. Morano en 2015 irá con... Pelines, candidato para el PAL. Algún otro concejal histórico puede aparecer en la operación. El mesías de algunos no salvará la UPL, salvará su bolsillo, algo habitual en esta tropa.
ResponderEliminarLas siglas UPL ya no dicen nada a casi nadie,ni tansiquiera atraen votos,sino todo lo contrario,los dispersan y crean reparo y hasta repulsión.Cuando algo se estropea,se tira a la basura y se le sustituye por algo nuevo.Y la UPL está totalmente rota....Se necesita un cambio hacia otro partido(si es nacionalista,mejor que mejor)que sea un gran revulsivo para toda la sociedad que crea de veras en el Pais Leonés y su potencial,pero sin los manguanes de hasta ahora,solo verdaderos creyentes leoneses que sientan su tierra,hartos ya de tanto imperialismo castellano/españolista que nos tiene arruinados y a la cola de casi todo,eso sin mencionar la "damnatio memoriae" que practican a diario con todo lo que huela a leonés y la obligada diáspora a la que someten a tola nuesa mocedá.¡¡NECESÍTASE EINA UN PARTÍU NUEU!!. ¡¡INDEPENDENCIA LEONESA/DIXEBRA LLIONESA!!
ResponderEliminarmmmm....si en verdad el populismo es lo que da votos y no el leonesismo ¿significa que los leoneses no son leonesistas?
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