La estrategia confundida

El autoproclamado, nueva figura del espectro político leonés, toma fuerza a medida que pasa el tiempo. Caracterizado por el calentón, el ego inflado hasta reventar y la ambición personal, estos personajes empiezan a copar la actualidad política leonesa y en especial la de la ciudad de León.

Los comunistas tienen a Santiago Ordóñez que, entre oposición y oposición suspensa, encuentra un hueco para escribir comunicados de prensa que a buen seguro encontrarán eco en algún medio. Es lo bueno que tiene militar en un partido muerto en León pero con presencia en Madrid, siempre algún medio te publicará lo que digas aunque sean soberanas idioteces. Los socialitas a un Francisco Fernández que sin decisión ni corroboración previa, se autoproclama líder, candidato y todo lo que se quiera, que para eso le atacan los peperos. Y para evitar que el calentón se quedara en eso llaman a Chaves para que lo ratifique. Cierre de filas sociatas y todo zanjado.

El PP también tiene su particular líder, Isabel Carrasco, y un alter ego que juega con muchas cartas llamado Antonio Silván. Por medio Julio Cayón que quiere pero no puede y se autoperfila en futuro candidato. Y aunque el PP se quiera poner las pilas, han pasado 3 años en que su oposición o ha hecho el ridículo más espantoso o simplemente ha votado que sí lo que con el tiempo se ha probado como estupidez. Poco tiempo en que precisamente el tiempo puede ser o su mejor aliado o su peor enemigo.

Y el leonesismo, mejor dicho, UPL, navegando en el mar de la ambigüedad e improvisación. Chamorro se está trabajando los medios, especialmente Diario de León y leonoticias.com. Jugar a ser el tercero en discordia parece, a golpe de vista, irle bien. Pero...no es así.

En el entorno de Javier Chamorro pupula bastante gente, muy fieles por otra parte. Pero en la misma cantidad, otros con cuchillos afilados. Este hecho no es desconocido por el sobrino de Quirós, el problema es que todavía no ha descubierto quién es quién. De momento se está dejando llevar por su "nuevo" equipo directivo, donde lo pragmático y lo práctico conviven a partes iguales. Así, la ideología está completamente desaparecida, no hay diferencia alguna entre UPL y cualquier otro partido, lo que hace y dice es perfectamente trasvasable a otro espectro de siglas sin probelma alguno. Es más, cree, y creen sus adláteres, que es lo mejor que debe hacer nuestro agónico partido.

Chamorro "vende" su concejalía, Jardines -que no Cultura Leonesa ni Educación porque son algo heredado- quiere hacer saber que tiene propuestas nuevas y capacidad de gestión. Lo decora con un tic - no alcanza ni el grado de guiño- leonesista haciendo un concurso de balcones con un éxito tibio. La gran verdad es que durante casi dos años que tiene esta concejalía Chamorro no ha hecho nada, se ha tocado las brevas, se ha limitado a dejar pasar el tiempo y que los trabajadores municipales y la empresa subcontratada hicieran todo. El resultado es el que es visible para todo el mundo por mucho que quiera ahora taparlo con grandes tiestos florales, macetas gigantes o colgando flores en balcones con un gusto discutible. Chamorro estaba más preocupado por una enciclopedia en leonés o un congreso que quiso manipular y controlar, que en demostrar que por encima de todo trabaja por y para quien le paga más de 5.000 euros al mes.

Y añade con el orgullo del "autoproclamado" que los jardines "están como nunca". Que cada cual juzgue.

Gema Cabezas hace lo propio, o sea, nada. La concejalía apropiada de Pardo, nuevas tecnologías, sigue siendo la gran desconocida donde el poder lo ostentan algunos trabajadores demasiado próximos al PSOE. Tan, tan próximos que tienen carnet y hacen la cama a la propia concejala. La pobre tiene demasiado trabajo haciendo amistades con alguna redactora de leonoticias.com para que la saque mona y guapa, o le haga una entrevista que demuestre que la niña de tous es algo leonesista. Quizás debería controlar más a alguno de esos trabajadores que el día de la huelga de funcionarios hizo de piquete. Curiosamente cobrará como día trabajado.

Pero si antes dijimos que estaban ambos rodeados de gentes que les asesoraban ¿Quiénes son? ¿Qué les dicen? A finales de mayo UPL se reúne con CIC, siglas de Ciudadanos Independientes de Cistierna. La intención era aproximar posturas y ver qué hacer para el año que viene que hay elecciones. Se vendió en UPL como una especie de acercamiento de posturas fruto de la línea estratégica que tanto le gusta a Bayón de pactar con quien sea por el poder y para el poder. La cosa ha salido rana. Tanto que el partido CIC se ha crecido y ha formado el IML, Independientes de la Montaña Leonesa, para presentarse por más sitios que Cistierna. La negociación, llevada directamente por Luis Mariano Santos, es un avance de lo que espera a UPL de aquí a 8 meses. Y aunque Bayón se emperre en pactar con todo el mundo, cualquiera sabe que UPL está enferma y nadie quiere contagiarse de su mal.

Bayón sigue negociando con el PP. No quiere ningún trato con el PSOE. Es más, ha dicho a Chamorro -no solo él, también alguno de los asesores- que mucho cuidado con los socialistas que son demasiado traidores. Él lo sabe por experiencia. Por ello, y aunque a Chamorro le falle el incosciente, se dedica de vez en cuando a hacer alguna pequeña declaración donde lanza alguna puya a su socio y amigo. Teatrillo de barrio que insulta la inteligencia de los ciudadanos.

No hablar nada del 1.100 aniversario del Reino de León. No decir que "Reino de León" se ha convertido en un epíteto estúpido que añadir a cualquier actividad que se haga este año, porque el que viene desaparecerá. No recordar que lo único que se ha hecho por el Reino de León es cambiar el nombre a un estadio. No mencionar ni una sola palabra en avances en cuanto a autonomía, motor del pacto municipal. Ni recordar el hecho de que en UPL apenas quedan 50 cargos públicos que quieran asistir a una reunión.

En manos de UPL estuvo y está el futuro de la ciudad de León y del leonesismo político. De ella ha dependido y por ella se ha diluido. En ambas cosas el fiasco es monumental. Estrategia confundida. Se repite el error de todas las legislaturas.