Joaquín Otero Pereira. Todo un nombre dentro del leonesismo. No por la ideología sino por lo que supuso su paso por ella. Mucho, muchísimo de lo que es ahora mismo UPL, fue y es obra suya.
Aparece en la vida pública leonesa empezando como colaborador de la Ser y de Los 40 Principales. En la segunda presentaba un programa radiofónico donde se mezclaba música de actualidad y un programa de citas radiofónicas a ciegas en el que chicos y chicas se llamaban en directo para quedar el fin de semana. Ese programa se llamaba "Chúpame la oreja". Así comenzó Otero. Nada de actividades, militancias previas, pertenencias a colectivos o asociaciones...nada de nada, salvo un programa de citas adolescentes.
Pero a la vez era abogado. José María Rodríguez de Francisco pasaba largo tiempo por los pasillos de Sáenz de Miera intentando fichar a colegas de oficio, todo con el fin de controlar a gentes que a su vez le dieran clientes y contactos con dinero. Así, camela a un Joaquín Otero que le empezaba a picar el gusanillo de la política, por eso de la fama y la popularidad. No fue el único, que lo mismo hizo con Chamorro aunque él diga que le fichó Covadonga Soto.
Otero representaba lo que buscaba De Francisco: buena presencia, experiencia en la oratoria, buena voz e incluso el toque de demagogia necesario para navegar en política. Se estrena en lo mejor de lo mejor, las cortes de Valladolid, junto a una Conchi Farto que demostró ser demasiado díscola a Pelines. Ella fue la traidora y él el leal. Recordemos que en el leonesismo el concepto de "traidor" está grabado a sangre y fuego y es aplicado con gran alegría e indiscriminación. Otero por denigrarla llegó a tener una perra a la que bautizó como "Conchi". Incluso eso se aplaudió entre algunas filas upelianas.
Llega la siguiente legislatura. Eso de que hubiera un partido leonesista en Pucela era todo un logro que dio entusiasmo a los votantes, traduciéndose en un procurador más. Otero repite en lista (cómo no, después de la fama que se labró) junto a Daniela Fernández (Manoli para los amigos) y José María Rodríguez de Francisco que descubre la trascendencia de estar en Pucela sin rascarla. Legislatura mágica para UPL, estaba en la cumbre de todo, resultados impecables y número de afiliados desbordantes. Mejor imposible.
Pero en esa legislatura 1999-2003 empezaron a suceder muchas cosas a nivel interno en UPL.
El partido se expande por toda la provincia de León y aterriza en Zamora, donde se auguraba un futuro brillante. Tan brillante que el entonces líder espiritual afirma que todo es obra y mano de su hermanísima, cosa que rápidamente desmintieron los zamoranos, pero por entonces el todopoderoso influía demasiado en el silencio cómplice de los demás.
Aparecen comités comarcales y locales como setas. De ellos, el que más poder estaba cobrando era el del Bierzo, de reciente creación pero con un número de militantes impresionante. Brillando con luz propia, Melchor Moreno. Echando la vista atrás cabe preguntarse por qué gente con nula formación política e ideológica en el leonesismo trepaba con tanta alegría. En UPL eso de ser berciano y leonesista era en ese momento algo así como la piedra filosofal, pues la ignorancia y el analfabetismo ideológico ha sido la clave identitaria dominante en UPL. Por eso jamás UPL ha podido liderar un proyecto leonesista, por su falta de madurez ideológica. Así que cualquiera que viniera de más allá del Manzanal era recibido con loas. El tiempo ha demostrado otra cosa.
La amistad que unía a Otero y Moreno era manifiesta, no se ocultaba. Otro comité que cobraba mucha fuerza era el de La Bañeza, curiosamente el de la elegida procuradora Manoli que era además candidata a alcaldesa en la ciudad. Y la relación entre Otero y Manoli era igual que con el maestro rural. De Francisco, como siempre, mientras sintiera que controlaba el tinglao era feliz y despreocupado con lo que se cocía bajo sus pies. A fin de cuentas, ante cualquier problema sacaba su "ordeno y mando" y todos firmes.
La acción de UPL con tantos representantes y tanta capacidad de atracción y movilización, se queda por contra en nada. No se percibe ni una sola acción leonesista. A pesar de obligarse al PP a firmar un acuerdo de gobierno en el que se perseguían una serie de inversiones y que en su mayoría fueron llevadas a cabo, el leonesismo pedía lo que se votaba: que se trabajara en pro de la autonomía leonesa y no parches a una situación de marginación secular. En el ayuntamiento de León el único que lideraba un leonesismo visible era Abel Pardo. Y como sucedió hace un año también, fue despedido del partido, solo que de aquellas un zorro Pelines esperó en silencio al último segundo para hacerlo sin ruidos ni escándalos.
El voto leonesista se deshinfló. Pidió demasiado a un partido que nació leonesista y se convirtió en pragmático a los pocos días. Se pierden concejales y procuradores. Legislatura 2003-2007: se quedan Otero y De Francisco en Valladolid. En las filas upelianas empiezan a haber voces que piden explicaciones, no son muchas pero sí con peso. Las culpas de este fracaso recaen de un modo u otro en De Francisco con sus actitudes y desmanes constantes propios de un pequeño dictador. Además, se produce un choque de egos entre el Defran y el Otero en la ciudad del Pisuerga. La rumorología afirma que fue por ver quién ponía de secretaria en las Cortes, pues las candidatas respectivamente tenían relaciones afectivas con los aludidos. Eso solo era la punta del iceberg, de fondo estaba una batalla por el poder del partido.
Otero, muy inteligente, supo aprovechar el momento como ninguno. Él mismo se encargó de difundir ese rumorcillo sobre amantes y secretarias, y aunque cometía el mismo pecado en su persona no lo era tanto. Echa mano de los amigos ganados en silencio. Moreno, Manoli y otras figurillas que reclamaban su hueco en el leonesismo (Cuevas Aller, Enrique Soto, Ricardo Magaz...alias comité de Astorga o Madrid). Añadamos un toque de maldad de un incipiente Lázaro y un reconroso Rubinat que siempre vivió a la sombra del Pelines.
De Francisco queda fuera en el Congreso de Astorga de 2004, y con él sus leales que no se enteraron de nada. Se montan el rollo aparte, rompen con todo y Otero y Moreno se convierten en el tandem que manda. Rubinat sigue en la sombra, con sus entonces leales de San Andrés que le movilizan los votos para los órganos de partido. Bayón consolida su estilo. Pardo feliz por pirarse quien le destronó. Y Chamorro el nuevo líder local, al igual que Otero, por ser leal a la causa. En realidad por no tener otro sitio a donde ir.
El tiempo demuestra que los amigos son poquísimos y en política inexistentes. Otero, demagogo él, pacta con el recién nacido Mass presentarse conjuntamente. UPL no ganaba nada, el Mass votos, pero Otero se quitaba el marrón berciano de justificar por qué con tantos afiliados de partida los resultados eran tan mediocres. Toda una muestra de inteligencia muy criticada en su momento. Moreno, mientras tanto, aprovecha para colarse en Caja España, ganar un hermoso sueldito haciendo nada y creándose una aureola de hombre bueno con piel de lobo que trabajaba muchísimo. Ganó adeptos en Zamora, consolidó posiciones con otros comités comarcales y locales, pero curiosamente en el Bierzo los perdía cada día. Eso nadie lo veía.
2007-2011: UPL se presenta bastante tocada. Demasiados escándalos y transfuguismos. Otero no agradaba a los sectores más leonesistas, y declaraciones del tipo "pedimos la autonomía uniprovincial" sentenciaban la opinión. Repetir resultados sería un exitazo, pero no es así. Zamora es un bluf, en Salamanca a pesar del pacto gestionado por Pardo con UPS para presentarse en coalición, se malogró en otro fiasco no tanto por la mala decisión de pactar con gente no leonesista como no hacer un seguimiento de los líderes del pacto y de objetivos. Para colmo de males Moreno, que quería ser procurador, es relegado por meter a un jugador de balonmano estrella, Héctor Castresana, con nula formación política.
Otero hace unas declaraciones en ABC en las que dice que "UPL debe hacer propuestas que acepte el PP en Valladolid", y para ello "quizás UPL deba luchar por un León fuerte dentro de Castilla y León". Rubinat, que empezaba a ser algo amigo de Otero, es curiosamente relegado por Bayón en el único diputado conseguido por UPL en la diputación de León. Rubinat descubre que sus vasallos de San Andrés quieren ser señores. A Otero le empiezan a llover las críticas, se pide su cabeza. Moreno, listo él, se junta con un Chamorro crecido que se veía como otro hombre bueno en el ayuntamiento leonés. Conspiración montada.
El resto de la historia ya es conocida.
El presente de Otero es brillante en lo económico. En lo político todavía incertidumbre. Quiere una nueva formación, lleva trabajando en ello dos años con una batería de propuestas en Cortes y presencia mediática que, de haberlo hecho en otros tiempos, demostraría que al menos tiene capacidad de hacer algo. Dinero tiene y muchísimo. Ahora mismo es capaz de mantener una sede en un piso en el centro de la ciudad de León por el que pagan un montón de dinero por hacer un par de ruedas de prensa al mes en el mejor de los casos. Aliados con los que juntarse también, léase Mass y Civiqus. Los primeros porque necesitan y mucho el dinero. Los segundos porque tienen como enemigo común a Bayón y tienen ganas de venganza. Y ambos, como el PSOE, necesitan captar el antiguo voto de UPL que por ahora nadie sabe ni dónde está ni a dónde irá.
Así es la vida, se comienza chupando una oreja y se acaba comiendo todo un pastel. Precaución con las indigestiones que siempre pasan factura.
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ResponderEliminarSaludos de un leonesista.
Pues que quieres que te diga, yo entre lo que hay si se presentaba Otero le votaba. Por lo menos es el único que al final ha acabado presentando propuestas en favor de León en las Cortes. El resto ni eso.
ResponderEliminarEl leonesismo necesita gente con ideas y formacion, no trepas sin escrupulos, es vergonzoso lo que esta pasando. ya me costo votar hace 3 años a la upl, ahora ya es que ni me lo pienso, no lo voy hacer
ResponderEliminaruf, gracias por recordarme lo de Otero con el programa ese ¡Anda que no llamé veces para quedar con tías con 15 años!
ResponderEliminarjjej o sea que otero andaba cone l chupame la oreja...que escojone. En fin mi voto pa upl ni de coña---PREPAL esos si que iban a dar guerra mediatica....cxc
ResponderEliminarHay buenos locutores, buenos charlatanes, vendedores de burras y políticos. Con eso está dicho todo.
ResponderEliminarMuy buena la intervención de Abel de hoy sobre el aeropuerto. Menos mal que alguien hace de vez en cuando que no me sienta idiota por haber votado a UPL. Pa las próximas en casa.
ResponderEliminarEn UPL eso de ser berciano y leonesista era en ese momento algo así como la piedra filosofal, pues la ignorancia y el analfabetismo ideológico ha sido la clave identitaria dominante en UPL. Por eso jamás UPL ha podido liderar un proyecto leonesista, por su falta de madurez ideológica. Así que cualquiera que viniera de más allá del Manzanal era recibido con loas.
ResponderEliminarEs la mejor definición de UPL que se ha hecho en años. Mi padre nacio en San Pedro de Trons, mi madre en Alfaro. Se conocieron y casaron donde ahora vivo yo, en Bilbao. Y recuerdo cuando a veces se hablabla de lo riojano y lo leonés, y mi padre siempre decía ser leonés. Bien pudieron ficharlo en su momento para UPL, porque garantizo que haría lo que fuera porque nuestra tierra saliera adelante. Al menos el sentimiento y amor por esa tierra me la inculcó él.
A los que somos leoneses del sur (en mi caso, de Salamanca) y además leonesistas, siempre nos quedará la esperanza de que nuestra ciudad y provincia, en un futuro, pueda encajar de la mejor manera posible; para el mejor bienestar de nuestros paisanos, en eso que se ha dado en llamar Castilla y León.
ResponderEliminarY es que con los años hemos aprendido la lección, en León (ciudad) hay gente que ha podido hacer algo por nuestra común identidad pero no lo han querido hacer y hay otra gente que nunca han podido hacerlo (aunque dijeran lo contrario) y por supuesto no lo han hecho. Entre unos y otros han conseguido que los leoneses de segunda (eso es lo que se piensa de nosotros por el norte, no nos engañemos) saquemos en claro que más nos vale olvidarnos de reinos caducos y de probables futuros púrpuras triprovinciales que nunca se harán realidad y ceñirnos a la pura y dura realidad; que no es otra que nuestro encaje en esta comunidad antihistórica que entre todos nos hemos merecido heredar.
¡¡Ya toco tierra!!
Saludos
Eso mismo piensa muchisima gente de la provincia de León, y muchos leonesistas con orejeras les desprecian y humillan.
ResponderEliminarEs bonito lo de echar balones fuera y no pechar con las propias responsabilidades cuando los leoneses del centro y sur, en su gran mayoría se quedaron tan frescos mientras se gestaba el engendro, pero claro, la culpa nunca es propia, ni tampoco de los castellanos invasores, la culpa es solo de los leoneses del norte.
ResponderEliminarCon esos mimbres... ¡menudo cesto!
Las visiones norte-sur o creer que todo es culpa de otros son equivocadas. La provincia de León no puede ser la salvadora de los demás, es una parte tan importante como el resto, pero no un mesías. Si en Salamanca o Zamora no se mueve un dedo o se hace muy poco, que nadie espere milagros.
ResponderEliminarQuizás los que solo abogan por la autonomía uniprovincial es porque no ven gestos en otros lugares. Y al final es el pez que se muerde la cola.
Trabajemos juntos y de verdad en sacar las cosas adelante que creo que ese pensamiento de unidad al menos en lo territorial es ya unánime.
Al final siempre pasa lo mismo. Siempre llegamos al mismo punto tabú incómodo que no nos gusta tocar. Cuando se debate el leonesismo con sinceridad, sin sueños gloriosos, con los pies en tierra y en plan serio, se toca el tema peliagudo de León-solo contra LEZASA. LEZASA es el sueño que todos sabemos por dentro que nunca se va a cumplir. Y no se va a cumplir porque en ZA-SA no hay gente. No hay un sentimiento leonés suficiente. Da de si lo que da de si y no llega al punto de fisión. No se puede hacer una región leonesa en Zamora o Salamanca con 200 personas. Por eso en el fondo creo que todos sabemos que de llegar a algo todo esto, llegará en la provincia de León. Y punto pelota. Otra cosa son los sueños y los pasados históricos. También México fue español y el sentimiento actual es otro. También Cuba fue España y vete tu a decírselo a un cubano. Pues el Reino de León fue una cosa, la Región Leonesa de hace 100 o 50 años fue otra, y hoy en día el sentimiento leonés abarca otro territorio. Cuanto antes se quiera ver, mejor.
ResponderEliminarLO que está claro es que hay que esperar y diría desear un fuerte castigo electoral a los que usan ahora unas siglas qe ya no representan l leonesismo para poder sentar las bases de un proyecto político serio de futuro.
ResponderEliminarEl leonesismo, en la provincia de León no llega ni al 10% de la población y bajando, ¿cómo se espera que en Zamora o en Salamanca haya algo similar? Y más si tenemos en cuenta que el "leonesismo" sólo ha mirado, y lo seguirá, haciendo para la provincia de León... el que no lo quiera ver es que está ciego.
ResponderEliminarZamora no lo conozco. Tengo mi opinión, pero me la guardo porque no conozco bien el caso. Pero el caso Salamanca SI lo conozco. Y bastante. Y de primera mano por motivos familiares muy cercanos (no un primo segundo de un cuñado etc etc, no, mi mujer sin ir más lejos). Bien. En Salamanca, el sentimiento leonés no existe. Sí, sí, ya sé que saldrá algún internauta que es salmantino y que siente la región leonesa y blablabla. Un 1%. Hacerme caso, un 1% siendo generosos. En Salamanca hay un sentimiento 1º español, 2º salmantino, y 3º de forma muy difusa un sentimiento de ser castellanos. Pare Vd. de contar. Sí, saben de la existencia de una región leonesa pero le dan la misma importancia que al reino visigodo de Toledo o el reino de Murcia. O sea, ninguna. Y esto es lo que hay. Ahora, cada cual se invente su país del nunca jamás o sus mundos de yupy, o lo que quiera. Eso es lo que hay. Incluso UPS(que por cierto, no va a ninguna parte), sólo tiene que ver con UPL en el parecido de las siglas. El contenido político de ese partido directamente anula cualquier alusión mínimamente leonesista de su discurso porque (agárrate¡¡¡), le restaría votos en Salamanca. Cuando veo páginas leonesistas (de León provincia), que hablan de forma bienintencionada y de buena fé, de sus excursiones y viajes por (por poner un ejemplo) la zona de la Peña de Francia o Ciudad Rodrígo y se describen a si mismos llamando e interpelando a la gente de esas comarcas como "leoneses" del "País Leonés", es que directamente me da pena y vergüenza ajena. Por el desconocimiento total de la zona, de los paisanos y de lo que es Salamanca. Ahora, Zamora, el que la conozca mejor que yo, que diga el nivel de leonesismo que tiene. Hay que procurar llegar hasta donde se puede llegar y no perder tiempo y energías donde no tienes nada que hacer.
ResponderEliminarY a mi me los dos últimos comentarios que me suenan a los de los foros castellanistas donde dicen que en Zamora o Salamanca nadie se siente leonés y que en el mejor de los casos castellanos...
ResponderEliminarPara ellos tienen que no sacan concejales ni en Burgos.
Como pronto, a tenor de los sentimientos de muchos leonesistas desencantados con Chamorro y Cia, puede llegar a pasar en León.
ResponderEliminarLa realidad es la que es. Y Zamora y Salamanca son tan leonesas como el Distrito de Braganza en Portugal. ¿Sentimiento Leonés? Pues si nos ponemos a medirlo y vamos a ciertas zonas del Oeste de la provincia de León o del Noreste nos llevaríamos un chasco. Si lo midiéramos en cargos públicos habría que preguntarse de qué partido, porque UPL no es un partido leonesista y lo demuestra constantemente.
ResponderEliminarEs una pena, o mas bien una desgracia, que algunos leonesistas pongan sus sentimientos en manos de las manipulaciones políticas y sean capaces de acabar igual que aquellos a los que tanto critican.
ResponderEliminarEl leonesismo no tiene nada que ver con la política, es mucho mas.
Pero los hay que siguen empeñados en enfrentar a leoneses con leoneses y al final antes que unirse con leoneses son capaces de irse con aquellos castellanos que tanto criticaban.
Aburrimiento, odio o simple hipocresía.
Y lo peor es que lejos de dejar los lares leonesistas, se infiltran en ellos para intentar convencer a algunos que la mejor opción es olvidar ese sentimiento y rendirse.
Menos mal que aún hay algunos que ni se rinden, ni se venden al mejor postor.
La cruda realidad es esa. Leonesistas, en el más puro sentido del término, no se encuentran casi ya ni en la mismísima capital leonesa; ¡¡dejemos pues de dar lecciones a los demás!!
ResponderEliminarY por cierto, gracias UPL, ni la misma Junta de Pucela lo podría haber hecho mejor que vosotros.