domingo, 15 de noviembre de 2009

Reuniones de necios

El gran tema estrella de debate para los leoneses de la ciudad homónima es que se quedan sin dinero del estado gracias a que nuestro presidente socialista, y leonés, José Luis Rodríguez Zapatero, decide que es mejor derivar ese dinero a ayudas sociales por desempleo. Y para León en inversiones en AVE y la ampliación del aeropuerto.

Aunque es escueta la descripción anterior, voy a hacerla todavía más clara: seguirán con sus políticas sociales de seudo ayudas paupérrimas que se cobran dios sabe cuándo, mientras afirman invertir en algo que ya tiene sus partidas consignadas.

Para quien escribe, un Palacio de Congresos es buena idea si la ciudad goza de buenas comunicaciones e infraestructuras o bien se halla próxima a una ciudad muy grande y que haga de servicios alternativos a ésta. León no tiene buenas comunicaciones, lo poco que hay eso de pago o cada poco en reparaciones, los hoteles estarían todos muy distantes en principio del futuro Palacio, y León no está cerca de ninguna gran ciudad. Por no señalar el hecho de que se dispone de un auditorio bastante hermoso todavía infravalorado y que es público. Con ello no niego la importancia de tal obra, pero es que me suena como todo proyecto faraónico que se presenta en suelo leonés, que aspira a tocar el cielo pero al final o se estampa contra el suelo o en el mejor de los casos no llega ni a levantar el vuelo.

Salamanca ya sabe lo que es tener un Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León (obsérvese el poseyente), muy bien diseñado y perfecto para toda clase de eventos. Solo que... el impacto general del mismo en la ciudad ha sido mínimo, por no decir nulo. No es que me parezca mal, pero soy de los que opina que si hay prioridades como la falta de hospitales comarcales, apertura de una red ferroviaria Vía de la Plata (tenga tráfico de pasajeros o no) o la creación y construcción de autovías de comunicación, no me lo parece un Palacio de Congresos.

Reconozco que todo lo anterior puede caer en la demagogia. Pero lo que no es demagógico es lo que hace y dice UPL en el Ayuntamiento de León. Mejor dicho, Javier Chamorro. Es de vergüenza, es lamentable, patético y repugnante que pueda salir en un comunicado firmado por él mismo diciendo que si no se construye el dichoso Palacio se pone en cuestión la funcionalidad del pacto municipal.

Pero vamos a ver, Chamorro ¿por qué se pacta con el PSOE? ¿Acaso no se recuerda que se hizo para lograr unos objetivos en pro de lograr la autonomía leonesa? ¿Puede usted decirme en qué objetivos se ha avanzado? Y lo que es más importante ¿Sabe usted por qué la gente vota a UPL?

Sí, la gente vota UPL también para conseguir desarollo para la ciudad, pero ese compromiso de independencia geográfica que puede enarbolar UPL y no PP ni PSOE, se convierte en nada si ideario leonesista por detrás. Y ahora que la Junta ya ha dicho que aportará lo que Zapatero no da (y se marca un nuevo tanto) a ver con qué nos saltan nuestros socialistas para buscar la vuelta.

Me pregunto si en todos estos años donde no se ha movido ni un dedo para alcanzar la autonomía Chamorro nunca tuvo motivo para romper el pacto. Me pregunto si cuando consiguió la presidencia de la Fundación León Real sabía exactamente qué hacer o espera a la inspiración divina como ahora. Me cuestiono si en todo este tiempo como vicenada y como concejal de Jardines teniendo a su cargo únicamente una empresa privada que destroza la jardinería leonesa ha hecho algo en pro del leonesismo. Finalmente me planteo si ahora que ha tomado por la fuerza las concejalías de Pardo hará leonesismo en la única concejalía que lleva tal nombre, se dedicará en el mejor de los casos a no tocar nada , o al final lo destrozará todo en pro de la tolerancia, el respeto y la no imposición que tanto pregona.

Pues éste es el leonesismo refundado, el sin caudillos ni líderes. Este es el leonesismo del siglo XXI. Muy mal vamos. Porque como añade al final de su artículo mi querido Felipe Ramos en Diario de León: "Chamorro reafirmó en varios medios de comunicación recientemente que su pacto con los socialistas «no corre peligro»". Es cierto, quitado de en medio el díscolo que planteaba una ruptura, ya no corre peligro nada. Salvo el leonesismo político.


Para mañana seguiré contando la vida de "leonesistas" ilustres. Habrá sorpresas.

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