Hoy un blog que me gusta seguir llamado la pícara habla del tema del congreso de UPL. Lo califica de pucherazo a la vista de que se han pasado por el arco del triunfo un reglamento previamente aprobado por todo un congreso general extraordinario. Se hace una extraña condición de estar al corriente de pagos y punto. Aunque yo tengo alguna información extra. Mientras, el Diario de León afirma simplemente que "se salta sus propios estatutos" en un artículo firmado por mi querido Felipe Ramos que como siempre maneja información sesgada a la que da un tratamiento todavía más sesgado.
Por mucho que miro, remiro y vuelvo a mirar la candidatura de Enrique Soto hay muchas cosas que no me cuadran. No me cuadra su presencia, no me cuadra su vicepresidente, y no me cuadra la candidatura aparte de Chamorro. Todo en un claro reparto sin interferencias donde unos comen y otros
Partamos de un razonamiento de pura lógica: el próximo secretario y presidente de UPL deben ser gentes que controlen votos y los movilicen. Ni hablamos de capacidad gestora, ni hablamos de carisma o trasfondo ideológico. Hablamos de pura superviviencia de un partido que necesita algo más que un simple salvavidas.
Enrique Soto no solo ha demostrado que es un auténtico incompetente en su cargo de teniente alcalde (la réplica del vicenada de León) y en sus áreas delegadas sino que además ha generado división en el proio comité upeliano de Astorga, a la vez que ha alimentado a un Peyuca del PAL-UL que muy probablemente le coma la merienda en las próximas elecciones. Su propia figura está en más que entredicho entre los propios militantes de UPL, que solo han visto a un hombre que ha obtenido fracaso tras fracaso en Astorga, localidad de poco más de 10.000 personas que es incapaz de controlar aun siendo teniente alcalde. Más o menos como Chamorro pero menos público. Soto además es pública su amistad y profundas relaciones con Xosepe Vega (socio de negocios), Ricardo Chao y todo ese sector defensor de lo asturleonés, lo "ástur" -que dicen ellos-, y estrechar lazos con Asturias que para eso somos sus descendientes.
Pero imaginemos que hayan sucedido una serie de hechos. Unos acontecimientos, encuentros y conversaciones imaginativos en mi mente, que se resumirían en algo así:supongamos que tenemos a un Javier Chamorro que se ha marcado en la cabeza y en solitario una visión personalista del partido, tan personal y tan visionaria que es alucinante en el sentido más amplio de la palabra. Imaginemos también que en esa alucinación sobren algunos nombres (ejemplo Pardo), y que sea necesario rehacer muchas cosas para cumplir el esquema planteado en la fructuosa cabeza chamorril. Supongamos que en ese primer esquema entraran algunos nombres pero que por derivas de temas como la llionpedia y que las visiones de estos no coinciden con las chamorristas, se convierten en estorbos para el futuro. En este aspecto supongamos que si saliera Lázaro García Bayón de secretario general devolvería la militancia a Pardo no solo porque personalmente le parezca injusto sino también como pago a ayudas presentes y pasadas. Supongamos que entre esos nombres también estuvieran Melchor Moreno que últimamente no ha visto las cosas demasiado claras y que ha tenido algunos "encuentros" con Chamorro por temas hasta nimios.
Sigamos imaginando y haciendo hipótesis: imaginemos que existe un hombre con un afán de protagonismo desmesurado y de ser portavoz del leonesismo, llamado Enrique Soto, que comulga en el supuesto fundamental con Chamorro de que hay que renacer UPL sin "viejos nombres" y especialmente sin Pardo. Supongamos que Chamorro le ofrece a Soto ser secretario, él presidente y meter a algún nombre desconocido que de imagen de bondad pero no se entere de nada en el fondo. Por ejemplo una persona de la montaña. Imaginemos que para ello no valen compromisarios porque implicaría tener que negociar con todos los comités (labor que ni siquiera se plantean) y optan por la participación abierta garantizando previamente que tendrán un mínimo de simpatizantes y bocas mantenidas que irán y votarán a ellos.
Imaginemos que es vox populi interna que Bayón no se presentará si hay una candidatura aparte de la suya. Imaginemos que se "filtra" en prensa que habrá un congreso el 11 de abril y que se dice que lo ha elegido el comité ejecutivo central, para luego celebrarse dicho comité y cambiar la fecha a un 18 de abril pero habiendo ya avisado a sus simpatizantes de que será necesario estar al corriente de pagos para participar.
Supongamos que en ese comité ejecutivo se aprueba además que para poder votar en ese congreso debe estar al corriente de pagos a fecha del día de la convocatoria. Y supongamos que también ese día, cosa que rara vez se hace salvo en periodo electoral, se deja abierta la sede hasta las tantas de la noche con un Enrique Soto y Javier Chamorro en su interior reunidos.
Pero claro, todo lo anterior quizás solo sean simples hipótesis y no es posible que dos personas puedan juntarse para hacer tanto mal.
Ahora ya sin suposiciones, al día siguiente con el canto del gallo nos despertamos con la candidatura de Enrique Soto en donde afirma, ¡qué gran sorpresa!, que no admitirá a gente expulsada del partido incluyendo a Pardo (que no etá expulsado por cierto), y que apoya a Chamorro como presidente mientras éste presenta su candidatura oficial al cargo. Bayón, que ni siquiera veía claro en su momento su aspiración a secretaría, se lo medita y mucho.
Y es que para ser secretario general del partido solo puede haber dos candidaturas. No lo digo yo, lo dice el propio reglamento. Dos candidaturas entre las que más avales tengan. La gran pregunta es ¿con cuántos avales cuenta Soto? ¿quién controla los avales y su número?
La imaginación a veces me juega malas pasadas. No me imagino tanta conspiración. No me imagino que la página de UPL promocione en noticias la candidatura de Soto (y obsérvese el texto que resalta), como no me imagino que promocione la exposición de Chao como evento del León Real solo porque Fernando Martínez Vega (responsable de la web) sea amigo del de la pipa ¡no, es solo fruto de mi imaginación!
No. Es un imposible. Mi mente no concibe a Enrique Soto militando en otro partido, a toque de "concejo del País Leonés", buscando candidatos a las elecciones en lugares como Zamora o Astorga, junto a otras personas del Prepal, sindicalistas y algún que otro alucinado. Porque quién podría imaginarse que el secretario general de un partido leonesista, la persona que ha vendido por activa y por pasiva su personalidad leonesista con libros autoeditados, columnas y hasta con la redacción de unos estatutos de partido, podría ser en realidad un trepilla con doble militancia. no, todo son imaginaciones y en realidad buscan únicamente el bien común.
Sería escandaloso ¿cierto?
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