De embudos y borracheras

El carecer de representación en lugares tan importantes como Madrid o Bruselas implica que el problema leonés pasa desapercibido, mejor dicho, se ignora y vilipendia alegremente, con todo lo que ello implica. Hace unos meses en Madrid, con el apoyo de algunos partidos nacionalistas y regionalistas, se aprueba una reforma de la ley electoral en que solo pueden concurrir a las elecciones nacionales aquellos partidos que obtuvieron representación o consigan con firmas al menos un 0.1% del total de votantes de la circunscripción. Se podrá estar en desacuerdo por cerrar la participación al resto de formaciones, pero es lo que hay.

UPL, oséase, Javier Chamorro, dijo esto sobre las elecciones un 29 de julio: 

"estas elecciones suponen lo mismo que para el resto de España, un buen momento para cambiar de rumbo (...) no son nuestro frente (...) es muy difícil hacerse un hueco entre el bipartidismo de PP y PSOE (...) supone un gasto economico fortísimo, muy dificil de afrontar después de haber salido recientemente de unas alecciones autónomicas y municipales".

La palabra de Chamorro es de validez nula, como siempre. Y ya nos anuncia, porque no le queda otra y porque le han machacado salvajemente la cabeza, que UPL se presentará pero solo al senado con él de cabeza de lista. De nuevo hasta aquí lo que se lee en prensa y lo que se dice oficialmente.

La Unión del Pueblo Leonés tiene dos gravísimos problemas: el primero es el económico, del cual ya hemos hablado largo y tendido en este blog, no hay un duro y la cosa es muy pero que muy seria. Pero el mayor problema que tiene el partido es sin lugar a dudas sus afiliados y simpatizantes. Chamorro afirma en todas las ocasiones que le preguntan que el partido está muy tranquilo, unido y que incluso tienen nuevas afiliaciones entre gente joven. De lo primero (tranquilo) dice la verdad tras expulsar o aislar a esas personas y corrientes (según la nueva denominación estatutaria) y callarse la boca. Unidad puede que también pues cuantos menos mejor y más avenidos. Pero lo de las afiliaciones...como que no. Sí que han tenido nuevas afiliaciones de algunos chavalillos que con muchas ganas pero no demasiado criterio, creen que UPL es el presente y futuro del leonesismo. Otros lo han hecho por eso de trepar en la vida política, pero de esos pocos daremos cuenta en el futuro.

Ante un panorama tan tristísimo, el comité ejecutivo central, también llamado Chamorro, Luis Mariano Santos, García Bayón, Pablo Muñoz y Arias Alcoba (el resto están por estar) se reúnen y analizan la nueva ley electoral. Significa que deben reunir nada menos que unas 2.000 firmas de personas que con nombre y apellidos y DNI firmen un documento en que solicitan la participación de la formación a las elecciones y ¡cuidado! solo pueden firmar por UPL. Si el partido apenas cuenta con 150 afiliados al día y sin casi simpatizantes ¿podrían reunir 2.000 firmas? ¿quién las recogería? ¿cómo y dónde? 

Entonces Luisma dice que por qué no presentarse al senado que no se piden requisitos y quizás suene la flauta (0,33 euros por voto no está mal si sale senador). El siguiente problema es a quién poner en cabeza de lista. Nombres con mínimo de relumbrón en las filas upelianas no quedan ya. "Javi, debes pringar tú" le dice un Luis Mariano con cara de entre seriedad y de fatalidad del destino. Javi se lo piensa y dice "vale, venga". Así, contraviniendo sus propias palabras, se presentan a las elecciones pero a medias, en un órgano que pinta lo mismo que un presidente honorífico. Eso sí, sin gastos ni carteles ni nada, que no hay dinero.

Otra bobada que nos soltó D. Chamorro fue que se retiraba. Sonó a creible, incluso a un pequeño rayo de luz al final del tunel. Pero de nuevo, tras hablar con Luisma y algo más con Valderas, le aconsejan que él no puede dejar el liderazgo del partido. Las razones que le esgrimen son muchas: que si es la única cara amable del partido, que es la cabeza que todo el mundo ve, que ahora no puede anunciar una retirada porque daría imagen de debilidad...bla, bla, bla. Al secretario general no le convence más que un solo argumento: si él se va no va a tener a nadie detrás. Nadie quiere hacerse cargo del partido con todo el volumen de débitos y rémoras internas que tiene. No hay un solo miembro de la actual directiva que goce de las mínimas simpatías del resto del leonesismo. Nadie quiere sacrificar su vida personal ni su imagen en algo en lo que nunca creyeron más allá del euro. Ahora ya nos dice estas palabras:

"Preferimos emplear estos cuatro años reforzando el partido desde la estructura y desde el aspecto económico. Queremos ahorrar para las municipales y autonómicas de 2015 porque ahí es donde creemos que la UPL puede otra vez recuperar apoyo. El congreso toca dentro de tres años. Veremos quién se presenta a secretario general. No sé si yo lo voy a ser. En principio, preferiría que otra persona tomase el relevo, pero quedan tres años y hay que pensarlo". 

Pues piénseselo y mucho, Sr. Chamorro, porque le va a tocar pringar salvo que como en el último congreso hagan sus amaños y quieran cerrarlo todo en pro de quizas ¿Pablo Muñoz? nombre demasiado próximo a Cabezas, quien sabe...ahora mismo Chamorro, por increíble que parezca, tiene a dos martillos neumáticos que le machacan la cabeza y le asesoran (cuesta escribir esta palabra sin al menos sonreir). Para ello tampoco hace falta contar con información de primera mano sino ver con los ojos muy abiertos. Recordemos que Valderas es el rey de las conspiraciones y de la información ultrasecreta que acaba provocando la risa.

Por eso los enemigos de lo leonés ya tienen preparadas unas cuantas armas que en forma de obras sin bombo ni platillo y reformas silenciosas y silenciadas por los medios de comunicación cómplices, se lanzarán en próximas fechas:

una que sigue dando que hablar y que en este blog hemos recordado, es la autovía Braganza-León. A pesar de los esfuerzos denodados por parte de la plataforma, el apoyo público de mútiples instituciones públicas y privadas así como la demostración palpable de la poca inversión y sin embargo gran calado económico que tendría, la junta tiene "otro plan". Es simple y claro. Trazado por la N-122 que va de Zamora a la frontera portuguesa. Con ello la vía de Braganza a España sería por Zamora para luego enlazar con Tordesillas. Y aunque a alguno pueda venirle a la cabeza que puede ser positivo para Zamora, difícilmente puede sacar tajada alguna si ni siquiera tiene una central de transportes, y menos con la proximidad de Tordesillas como nudo de tráfico para el resto de la península. No solo eso sino que confirmaría su mítico eje del Duero que tanto pregonea en todos los foros. Recordémoslo:

Si salgo de Braganza y tengo que ir a Europa ¿por dónde iré?

Otra es la reforma son los "Distritos de Interés Comunitario", nombre sacado de la manga por nuestro querido gobierno autonómico que pretende crear nuevos entes gubernamentales con delimitaciones territoriales por ver y con carga y competencias también por definir. Ni que decir tiene que esto va a ir por los mismos derroteros que el Consejo Comarcal del Bierzo, rollo inventado por Aznar con la única excusa de disolver el concepto de lo leonés en dos entes y que ni ha valido para mejorar la vida de los bercianos y ni siquiera responde al concepto de berciano al incorporarse municipios como Palacios del Sil o Benuza. Además es un ente sin efectividad alguna ni apensa competencias. Eso sí, un gran edificio, grandes sedes y cargos que cobran por ello.

Andemos con ojo con esto último porque la junta quiere ponerlo en marcha antes de acabar el año. Y en la reunión de presentación estuvieron todos los grupos políticos, sindicatos y algún sector patronal. No estuvo presente Alejandro Valderas, quizás en otras lides. Nadie se opuso ¿Veremos al procurador leonesista dando una rueda de prensa sobre lo malo que es? Dicen que quieren que sean los distritos de salud. Pues aquí los ejemplos de cómo quedaría la cosa:
Para la provincia de Zamora.
Para la provincia de Salamanca.
Para el distrito de León.
Para el dsitrito del Bierzo.

En UPL siguen viviendo de borracheras ideológicas generadas en orgías endogámicas intelectuales practicadas en el cuarto que hay al fondo de la sede según se entra a mano izquierda. Allí en esa sala de prostitución ideológica, la ley del embudo se aplica para lo que se quiera. Pero el leonesismo ya no puede tener ni más borracheras ni sufrir más resacas.